Torquato Tasso (1544 - 1595) fue un poeta italiano nacido en Sorrento. Era hijo del también poeta Bernardo Tasso y pasó su infancia en Nápoles y en Roma, educándose primero con los jesuitas y después con un preceptor particular. Más tarde cursó estudios de Derecho en Padua y en Bolonia, que abandonó para dedicarse por entero a su vocación literaria. En 1565 fue invitado como poeta cortesano a la residencia de Alfonso II de Este, duque de Ferrara, ciudad en la que permanecería durante 21 años. El talento de Tasso alcanzó su cima en ese tiempo: compuso numerosos poemas de amor, un notable drama pastoril ("Aminta") y, sobre todo, "La Jerusalén libertada", gran poema épico en octavas reales acerca de la Primera Cruzada, obra que le obsesionó durante el resto de su vida y por la que ha pasado a la posteridad.
Pero, a partir de 1574, coincidiendo con el final de la composición de su epopeya, Tasso comenzó a sufrir serios síntomas de desequilibrio mental: manía persecutoria, depresión y accesos de insensata violencia, llegando incluso a agredir a los servidores de la casa de Este. Compareció varias veces ante el Tribunal de la Inquisición, que quería examinar si "La Jerusalén libertada" se ajustaba a las normas y principios de la Contrarreforma. Los escrúpulos de conciencia hicieron mella en el torturado espíritu del poeta, que acabó por no saber gobernarse a sí mismo. El duque de Este lo hizo detener y recluir en el hospital-manicomio de Santa Ana, penosa prisión en la que yació durante siete largos años, entre 1579 y 1586.
Puesto en libertad por mediación de su amigo Vincenzo Gonzaga, Tasso pasó los últimos años de su vida errando por toda la península italiana, residiendo en varios lugares, pero sin establecerse en ninguno, dependiendo cada vez más de la beneficencia de los conventos y padeciendo un continuo deterioro físico y mental. Acogido por caridad en el convento de San Onofre, en Roma, la muerte cerró sus ojos a la edad de 51 años.
La angustiosa peripecia vital de Torquato Tasso ha servido de inspiración a diversos artistas, entre los que cabe destacar al pintor Delacroix, a los músicos Donizetti y Liszt, y a los escritores Goethe, Baudelaire y Byron. Este último compuso el poema "Las lamentaciones del Tasso" en 1817. Se trata de una obra extraordinaria, en la que el poeta inglés se mete en la piel del prisionero acusado de loco y expone de forma conmovedora sus sentimientos. Byron se permite dos licencias fundamentales: la primera, declarar que "La Jerusalén libertada" fue escrita durante el cautiverio de su autor, lo cual no es cierto, pues se había compuesto unos años antes; y la segunda, más sugerente, pretender que el verdadero motivo de la reclusión era el amor que Tasso sentía por Leonora de Este, la hermana del duque Alfonso, una pasión que la aristocrática familia consideró ofensiva hasta el punto de decidir apartar de su vista al enojoso poeta.
"¡Cuán amargo es el poso que dejan
largos años de prueba y cautiverio!
Vinimos a este lugar de expiación
a purgar nuestras culpas -se dice-,
pero algo en mí no quiere acatar
designio tan injusto...
Escucho por doquier gemidos
e imprecaciones, pues la avaricia
y el afán de dominio, que el hombre
siempre está dispuesto a ejercer
sobre otros hombres,
restallan como latigazos
sobre deshechas carnes maceradas.
Aún debo dar gracias al Cielo,
que al llenarme de tu amor
no ha permitido que mi corazón
claudicase de odio ni se pudriera
con el veneno del resentimiento.
En medio de su encerrada tiniebla,
el espíritu puede sentirse rebelde
y la causa para no desfallecer
y hacerse digno habitante
de mazmorras es sólo tu presencia
en él, generoso Ángel mío.
Tú le has encomendado
una labor, un propósito
radical y perdurable: a ti torna,
en herboso manantial de poemas.
Por lo tanto, mis ojos
ya no han de condenarse en la miseria,
teniendo un firmamento
donde alzar la anhelante mirada.
Y aunque desde mi celda
observe apenas unas pocas estrellas,
diminutas en la negrura, ¿acaso
importa mucho, conteniendo
en mi pecho el encendido
rubí de tu música perenne?"
Este poema es una glosa de "Las lamentaciones del Tasso", de Lord Byron, quien a su vez se inspiró en la desdichada vida del poeta renacentista italiano. La existencia humana en primera instancia, y en segunda la literatura, las fuentes de inspiración para el poeta forman un cortejo prácticamente interminable.
ResponderEliminarFascinante, letras dignas de admirar. Besos.
ResponderEliminarMuchas gracias, es muy importante para mí crear esa fascinación. Besos.
EliminarGenial, gracias.
ResponderEliminarGracias a ti, Julia.
EliminarBellÍsima poesía, poeta gracias.
ResponderEliminarDe nada, Susana, me alegro de que te haya gustado.
EliminarMe encantó!!
ResponderEliminarEres muy amable.
EliminarComo siempre muy hermosa entrega poética.
ResponderEliminarLos problemas con la Inquisición le amargaron la vida a este poeta.
ResponderEliminarAsí es, y llegaron hasta el extremo de que volvió a reescribir por entero "La Jerusalén libertada", modificando incluso el título, que pasó a llamarse "conquistada". El poeta se aplicó una feroz autocensura, mutilando el texto original, sobre todo de los pasajes en los que había más erotismo. El resultado, según los críticos, es una obra mucho más pobre. Y tampoco le sirvió de gran ayuda para recuperar el equilibrio mental.
EliminarAprobada tu publicación, Rafael, gracias.
ResponderEliminarDe nada, gracias a vosotros.
EliminarMuy hermoso.
ResponderEliminarGracias.
EliminarGracias Rafael Por traernos esa belleza de las Letras. Las lamentaciones del Tasso..!! Y de las que Lord Byron...arrancó más belleza... PRECIOSO REENCUENTRO.
ResponderEliminarA través de la obra de Byron me acerqué a la figura del atormentado poeta italiano. Se puede decir que un poeta hizo de puente para llegar al otro.
EliminarDe ahí radica lo Lo hermoso, !!! La Belleza...!?
EliminarEncontrar la belleza poética requiere algunas veces transitar por caminos misteriosos. Estoy seguro de que a Byron le ocurrió igual cuando se interesó por el destino de Tasso.
EliminarAprobada tu publicación en el grupo.
ResponderEliminarSois muy amables.
EliminarBuena historia y magnífico poema.
ResponderEliminarMuchas gracias.
EliminarMuy bello!!
ResponderEliminarCelebro que te guste.
EliminarInteresante historia, gracias por compartirla.
ResponderEliminarDe nada, es un placer.
EliminarAprobada tu publicación en nuestro grupo, Rafael.
ResponderEliminarHermoso poema. Tienes un gran don y me alegro de que lo compartas.
ResponderEliminarProcuro hacerlo para que ese don no se malogre, gracias.
EliminarBello aporte literario.
ResponderEliminarAprobada tu publicación.
ResponderEliminarMe alegro sinceramente.
Eliminar¡Qué lindo poema!
ResponderEliminarEres verdaderamente amable.
EliminarEn tu línea de siempre, gracias por compartir.
ResponderEliminarDe nada, es muy grato para mí estar con los lectores.
EliminarGran escrito, Rafael.
ResponderEliminarMuchas gracias, amigo.
EliminarSentido escrito.
ResponderEliminarGracias.
EliminarGracias apreciable amigo poeta Rafael Simarro, por tu presencia.
ResponderEliminarMe gusta estar en vuestro grupo.
EliminarAprobada tu publicación, Rafael.
ResponderEliminarUna preciosidad, gracias por compartir.
ResponderEliminarHermosas e intensas letras.
ResponderEliminarEso mismo tiene que ser la poesía.
EliminarAprobada publicación.
ResponderEliminarGracias de nuevo.
EliminarGran escrito, con tu permiso lo comparto.
ResponderEliminarPermiso concedido, amigo.
EliminarMuy buen poema.
ResponderEliminarCelebro que te guste.
EliminarHermoso escrito, enhorabuena.
ResponderEliminarGracias, amigo.
EliminarMe gusta mucho tu forma de escribir.
ResponderEliminarGracias por compartir.
ResponderEliminarDe nada, siempre es un placer.
Eliminar¡Qué hermoso!
ResponderEliminarGracias, amiga.
EliminarAprobada publicación.
ResponderEliminarOs lo agradezco de veras.
EliminarUn destino dramático el de este poeta, saludos.
ResponderEliminarSaludos, amigo.
EliminarAriosto y Tasso son los dos principales poetas italianos del siglo XVI.
ResponderEliminarEn efecto. La obra de Ariosto es también muy interesante, pero su vida no resultó tan dramática. Supongo que por eso los artistas posteriores se han fijado menos en ella.
EliminarEl argumento de la Primera Cruzada parece demasiado ambicioso para una sola obra. Tasso tuvo siempre muchas dudas acerca de la calidad de su obra.
ResponderEliminarLa primera versión es una obra lograda y con variados temas dentro de ella. La segunda (y forzada) versión no vale la pena, salvo como curiosidad histórica. Esa es mi opinión.
EliminarExquisito tema elegido y poema, gracias por compartir.
ResponderEliminarDe nada, siempre es muy grato para mí traer estos motivos literarios.
EliminarBellas letras, un gusto leerte.
ResponderEliminarGracias por tus palabras.
EliminarExtraordinariamente contado, Rafael.
ResponderEliminarMe alegro de que te haya causado esa impresión.
EliminarAprobada tu publicación en el grupo.
ResponderEliminarGracias por ello.
EliminarDifusión del arte y de la cultura en tu página.
ResponderEliminarMuchas gracias.
EliminarExcelente escrito.
ResponderEliminarAgradecido por tu comentario.
EliminarAprobada tu publicación en el grupo, Rafael.
ResponderEliminarLo celebro.
EliminarRafael, gracias.
ResponderEliminarFelicidades, está excelente Rafael.
ResponderEliminarGracias, Liana.
EliminarUn lujo leerte, Rafael.
ResponderEliminarEres verdaderamente amable, me alegro de que te haya gustado.
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