"Aquel cuyo nombre está escrito en el agua". Epitafio en la tumba de John Keats.
lunes, 22 de septiembre de 2014
EL EJÉRCITO DEL INVIERNO
Amanecimos cercados.
Los árboles sin hojas,
hechos cautivos,
sucumbían bajo telarañas de escarcha.
Todo el campo representaba
un derribado y sucio tendedero.
Jirones de nubes, detenidos en el aire,
se desplomaban después
y eran hollados
por cientos de caballos fantasmales.
Una especie
de acerado cristal nos oprimía.
Al caer la tarde, aquí y allá
las fogatas de los campamentos
latían en la luz mortecina.
Las barbas de los soldados,
brillantes de nieve desmenuzada,
temblaban bajo el murmullo
de idiomas bárbaros, que el viento
recibía para proyectar entre ráfagas.
Cerca de la rubia chimenea,
yo pensaba en las leyendas medievales
y más antiguas.
Resulta difícil entenderse
cuando tú, mientras tanto,
tan sólo respirabas hostilidad,
como si para siempre
te hubieran arrebatado las playas
de Alicante y la ocasión, con ellas,
de lucir el palmito.
lunes, 8 de septiembre de 2014
INTIMIDAD
Morder la rosa que tu labio ofrece
entreabierta, sensual... Ser el bajío
de tu boca velera, el lento estío
del beso que la entibia y humedece.
Sobre tu piel, que al tacto se estremece,
deslizarme con dedos de rocío...
Pulsar un clavicordio. Ver el río
que en tu desnudo cuerpo resplandece.
En un turgente frenesí de dunas
mis brazos anudar... Sentir que, añejo,
este fuego despierta si lo acunas.
Para después temblar, acto reflejo,
las cadenas soltando de dos lunas,
y hacer mi carne de tu carne espejo.
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