"Aquel cuyo nombre está escrito en el agua". Epitafio en la tumba de John Keats.
miércoles, 18 de febrero de 2015
LA MUERTE DE GRANADOS
Puedo imaginarme la escena
de pesadilla:
la maraña de queroseno
haciendo arder el mar,
abrasando las partituras,
los enseres,
las reliquias de lo que ayer
apenas eran planes,
los gritos atenazados
por el humo, la confusión,
el ronco miedo
de las órdenes contradictorias,
mientras los respiraderos
se doblan
como si fueran engrudo
y una voraz lengua
verde se dispone
a engullir
el momentáneo caos
en su mausoleo líquido...
Cierro después el viejo periódico.
Evidentemente, el mono codicioso
ha sido siempre un desecho.
Me pregunto por qué Granados,
al igual que otros,
se tomó el trabajo
de componer guirnaldas para él.
Es una buena pregunta.
miércoles, 4 de febrero de 2015
APREMIO
Deprisa, Amor... Las noches son más cortas.
Sal de mi lecho y deja tu perfume.
Abandona mi abrazo, que resume
con su calor lo mucho que me importas.
Deprisa, Amor, deprisa... Porque, absortas,
las estrellas se mueren. A tu implume
cuerpo debes vestir, y pronto asume
que sus pasos al Tiempo le recortas.
Adiós, Amor. Notando tu carencia,
este foro de gallos trastornado
rompe su nácar de espiral vacía.
De mis balcones colgará tu ausencia
como ramo de abril, sucio y mojado
en el pesar de la nostalgia mía.
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