"Aquel cuyo nombre está escrito en el agua". Epitafio en la tumba de John Keats.
lunes, 17 de diciembre de 2018
I N M E N S I D A D
La vasta tierra con sus arenales,
con sus florestas vírgenes, umbrías,
y sus montañas de coronas frías,
no me basta en sus límites cabales.
Incluso el ancho mar, entre corales,
islas remotas, ondas y bahías,
me recuerda pequeñas geografías
de mezquinos y lívidos canales.
Acoger tanta veta de diamante,
tanto tesoro de preciado armiño,
requiere hogar mayor, más grande celo.
Por eso ve mi corazón amante
la única heredad de tu cariño
tras el umbral del infinito cielo.
viernes, 7 de diciembre de 2018
TORRES DE SALAMANCA
Torres de Salamanca, centinelas
perennes
en vigilia silenciosa
que
el pincel otoñal, azul y rosa,
mástiles
muestra de flotantes velas.
En
los ijares de la tarde espuelas;
horas
de bronce en la ciudad calmosa;
siluetas
que del agua perezosa
el
Tormes rumia con las blandas muelas.
Aquí
se quedará vuestra armadura,
erguida
para siempre contra el viento
en fiel quietud de macilentas hiedras.
Pero
el verso en robaros se conjura.
Y
en la corriente de mi sentimiento
móviles
vais, inanimadas piedras.
miércoles, 21 de noviembre de 2018
POETAS ROMÁNTICOS INGLESES: CANTO XXVI
Tibiamente te deslizas por mi cuello
con lenguas de jilgueros, con mariposas
que se ahondan en mis entrañas
y, cual llaves maestras del encerrado
corazón, lo alzan en un rapto,
transportándolo luego
a cimas en que el gozo
es tan inmenso que no puede pensarse.
¿Son las velas las que parpadean
temblorosas o es tu aliento
que está avivando cráteres en mi piel?
¿Es la cadencia de tu voz
o más bien ese otoño en el que los árboles
de tu alma se desnudan
uno tras otro para mí?
¿Tanto bien es real?
¿De verdad venías
hace muchas jornadas caminando
hasta mi sombra solitaria?
Me encanta tu lenguaje
por el solo motivo de que es tuyo,
y las caricias de musgo
que lo escoltan,
y este cómplice guiño de las pupilas,
y los labios dispuestos
como bucles rojizos a besarme.
¡Oh, mi Odalisca, no te distraigas
al remover el fuego
que exhala su rosario de centellas
en la cóncava chimenea!
Tras las ventanas gime desesperado
Enero, pero aquí dentro,
en el galante crisol de los abrazos,
se funde hasta la última
capa de la memoria
y al muñeco de cera que me habitaba
ya sin remedio lo convierten en charco
las efusiones de tu intimidad.
lunes, 5 de noviembre de 2018
EL DISCÍPULO
Vive
dentro de mí un discípulo
inquieto, al que debo
gobernar.
Al verlo extender la mano
para tomar los dulces de la mesa
yo se lo prohíbo,
no sea que se acostumbre demasiado.
Si quiere privar al jardín
de todas sus flores, por capricho,
yo estoy ahí para enseñarle
que su abrazo vehemente las abrasaría.
A veces anhela gritar,
descompasado y loco,
pero lo detengo y le muestro
que lo oculto brilla más que el diamante,
y lo que no se ve
más que lo arrastrado bajo el Sol.
Su sed pretendería derramar
cuantos cántaros hay en el mundo,
antes de escucharme decir
que el agua de la belleza
es tan rara y costosa como el oro...
Entonces duerme el campo
y al rayo de la tenue luz de nácar
él empieza de nuevo a tejer
el ilimitado tapiz de los versos.
Y eso, desde luego, no puedo impedírselo.
domingo, 21 de octubre de 2018
ALBA AZUL
Manto apenas descorrido
allá en el horizonte, que se adivina
como la materia de un sueño.
Turquesa pálido y tembloroso
para las pupilas,
soplo murmurando en la cara
con el sabor a conchas y a sal.
Vaivén eterno de las olas
y su resaca, lamiendo
mis pasos en una balada
de desasosiego, de melancolía.
Está vacío el mundo
en la hora indecisa:
ni una vela se ve,
ni una gaviota se escucha,
nada... salvo la respiración
quejumbrosa del mar.
Si yo abriera mi boca
hablaría el idioma inicial
de los seres humanos,
ése no contaminado
con las imprecaciones y las órdenes.
Si yo abriera mi corazón
todas las cosas,
absolutamente todas,
volverían a nacer.
Pero no lo haré. Mejor lo guardo
para el poema,
no sea que descubierto el Paraíso
se presenten los bárbaros
y lo dejen en ruinas como siempre.
viernes, 5 de octubre de 2018
JARDÍN BOTÁNICO EN GIJÓN
Oasis que, a resguardo de las olas,
henchida fronda de esmeraldas eres
y a ti mismo te bastas, porque quieres
latir en un enjambre de corolas,
cuando la luz con sus doradas golas
vista los trigos de la ilustre Ceres
habla a mi corazón, o si prefieres
píntame un cuadro que contemple a solas.
En tu serenidad nunca estás triste.
Andando por tu íntima espesura,
tu savia oculta a mi inquietud asiste.
Dentro de ti se olvida la locura
y se aprende, en silencio, que no existe
Arte mejor que el que firmó Natura.
viernes, 21 de septiembre de 2018
E N S U E Ñ O
Si yo pudiera encadenar las horas
o con un dique detener su río,
haciendo mi deseo señorío
de sus turbias insidias invasoras,
y si al mundo las ruedas destructoras
le pudiera romper, dejar sin brío,
para en la dirección de mi albedrío
nuevamente moverlas, indoloras,
¡qué fácil fuera entonces, mi sultana,
colmar las noches con el loco juego
de nuestros besos libres de cuidado,
y qué hermoso morir una mañana
tan ebrio de tu amor, y quedar luego
en tus doradas rosas sepultado!
jueves, 6 de septiembre de 2018
D E S V A L I M I E N T O
Despojado de ti soy la barquilla
que solitaria se quedó en la arena
sin redes y sin remos, con la pena
de no poder bogar hasta tu orilla.
Guirnalda entristecida y amarilla
que se arroja en el suelo, luna llena
que empieza a decrecer... Así mi vena
se desangra en silencio y se mancilla.
Alma cegada busca la salida
y las cenizas de la primavera
la amarran con sus fúnebres manojos.
En plena sombra, sueña con la vida
que solamente por tu medio espera
en el prodigio de tus claros ojos.
lunes, 13 de agosto de 2018
ODA A LA MELANCOLÍA
1
No, no vayas al Leteo ni exprimas
el jugo venenoso del tallo y las raíces del acónito;
ni consientas que bese tu pálida frente
la belladona, uva rubí de Proserpina;
ni hagas tu rosario con las bayas del tejo
ni dejes que el escarabajo ni la letal polilla
sean tu doliente Psique; ni que la emplumada lechuza
te acompañe en los misterios de tu tristeza;
pues como en profundo sueño llegarán las sombras
y ahogarán la angustia vigilante del alma.
2
Pero cuando la melancolía caiga de repente
del cielo como una nube de lágrimas
y dé vida a los capullos marchitos de las flores
y oculte la ladera verde en un sudario de Abril;
sacia entonces tu pena en una rosa de la mañana
o en el arco iris de la ola salada y arenosa,
o en la redonda abundancia de las peonías;
o si tu amada muestra vivamente su enojo,
toma su suave mano y déjala quejarse
y nútrete de la hondura de sus ojos sin par.
3
Vive ella con la Belleza, Belleza que ha de morir;
y con la Alegría, cuya mano en sus labios siempre
está diciendo adiós; y con el doloroso Placer
que se vuelve Veneno mientras liba en él la abeja;
en el mismo templo del Deleite, ay,
oculta la Melancolía su soberano santuario,
sólo visible a quien pueda hacer estallar la uva de la Dicha
con su lengua ardiente contra su frío paladar;
y saboreará su alma la tristeza de su poder
y quedará colgado entre sus turbios trofeos.
John Keats.
(Traducción de Ángel Rupérez)
domingo, 8 de julio de 2018
OH, ARREBATADA EN PLENA BELLEZA
Oh, arrebatada en plena belleza
no caerá sobre ti el peso de la tumba.
En tu césped sus hojas las rosas
alzarán, las primeras del año.
Y con eterno pesar ondulará el ciprés.
Y junto al río azul que se desliza
su frente inclinará la lánguida Tristeza
y hondos pensamientos nutrirá con sus sueños
y andando quedamente pisará con cuidado.
¡Infeliz! ¡Como si pudieran sus pasos
perturbar a un muerto!
¡Vete! Son vanos los llantos
pues la muerte desdeña y no escucha al dolor.
¿Aprenderemos así a no lamentarnos?
¿Podrá el afligido dejar de llorar?
Y tú, que me hablas de olvidar,
veo en ti la tristeza y en tus ojos las lágrimas.
Lord Byron.
(Traducción de Ángel Rupérez).
martes, 19 de junio de 2018
IMPRONTA EN SEGOVIA
El arco y el pilar. Piedra romana
que del Tiempo los dedos amarillos
magnifican. Ingrávidos visillos
la ojiva velan de estival mañana.
Una indolente calma soberana
se adueña de esta tierra de castillos.
Los vencejos con raudos carboncillos
rayan el lienzo que la luz hilvana.
Granito y vuelo. Eternidad y vida
que fluye en un arroyo inconsistente:
¿no resumen el mundo que habitamos?
Mucho más dura el mar que nuestra herida.
Y el sueño de belleza permanente
como el aire se va que respiramos.
sábado, 2 de junio de 2018
POETAS ROMÁNTICOS INGLESES: CANTO XXV
Cierras los ojos y los recuerdos
empiezan a descender
como desprendidas plumas
de almendro sobre ti,
como ceremonia de nostalgias,
llevándote muy lejos a los días
del ayer, cuando tus sueños
de doncella, apenas esbozados,
conservaban intacto todavía
el prístino lienzo de los ideales.
De tal forma revives la delicia
de las saladas olas, los atardeceres
en el malecón, la brisa entre tu pelo
al deambular por los paseos marítimos,
el calor y la gracia de la gente
humilde, mas dichosa a la vez
por habitar en ese puerto de ensalmo,
en aquella ciudad a la que llaman
la "Novia del Mar", y ser testigos
de su intemporal hermosura.
¡Qué pena de violetas en tu pecho!
¡Qué destilada emoción melancólica!
Tu memoria escribe,
sin que tú seas consciente,
una bella elegía
de añoranza y espumas,
de marineros apasionados,
ahora que las sombras
hacen encallar el navío de tu vida
y parece que todo se ha perdido...
Pero yo escucho ese poema.
Ha germinado en mí, semejante
a una semilla de sinceridad, y regado
por la acequia de mis versos
ya alza al cielo su tronco,
su frondosa copa, hendida
por los rayos del Sol,
mapa de ruiseñores
que encuentran en sus ramas
el único lugar donde servirte.
lunes, 21 de mayo de 2018
ESTA VERDAD
Contemplar tu belleza me roba
hasta el aliento.
Por eso mi mirada
se va al suelo sin fuerzas.
Como una salteadora,
insistes en venir a mí
con el crepúsculo
y al rumor de tus pasos
se me pone a brincar
la gacela del pecho.
Cuando dejo de escribir
tomo mi lámpara para apagarla,
pero, desde la penumbra,
tu sonrisa hace que vacile.
Entre el callado abrazo
de las sombras te siento
latir igual que un astro.
La platea de la vida se ilumina por ti.
Y cruzar su frontera se vuelve
menos temible, porque en mi tienda
de nómada te puedo esperar.
Creo conocerte
desde hace tanto tiempo
que ya casi no le doy importancia.
Excepto por el hecho
de que, si te perdiera,
la cortina del llanto ahogaría mis ojos
para siempre...
viernes, 4 de mayo de 2018
EL JARDINERO
Yo cultivo
un vergel interior,
un apartado
oasis, donde al polvo
lo detienen vallados
y donde cada rosa
tiene su propio nombre.
La peonza del mundo
no perturba
esa calma mientras se llena
la crátera nocturna
con la sidra del cielo.
Cada una de las rosas
posee un nombre propio.
Yo lo conozco, cavo
en el pie, recorto
bordes secos
y, sobre todo, lo riego
con el caz de mi tristeza.
Pero una rosa última,
indecible,
no se deja formar
ni apresar en la tierra macilenta
de mis palabras.
Para alguien,
tal vez
una evadida
Musa, labro
mi pequeño paraíso
escondido.
Porque, seguramente,
ella sabe
que puede regresar cuando le plazca.
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