martes, 6 de diciembre de 2022


Los emperadores del siglo II.
Dos años nada más duró el mandato de Nerva (96-98), quien restableció escrupulosamente las prerrogativas senatoriales. Su sucesor Trajano (98-117), primer emperador no italiano (había nacido en Hispania), conquistó la Dacia (actual Rumanía) y la convirtió en provincia romana después de dos guerras (101-105). Anexionó también Arabia, Armenia, Mesopotamia y Asiria, llevando la frontera del Imperio hasta el río Tigris (113-116). Trajano fue el último de los Césares conquistadores y bajo su mando el territorio dominado por Roma alcanzó su máxima extensión. Pero la política expansionista causó grave quebranto en las finanzas. Aunque no persiguió abiertamente a los cristianos, Trajano los vigiló con recelo por considerarlos un peligro público.
De origen hispano era también el siguiente emperador, Adriano (117-138), quien, resuelto a tener un gobierno pacífico, hizo retroceder la frontera oriental al río Éufrates y firmó un tratado de no agresión con los partos. Visitó los rincones más apartados del Imperio, construyó una muralla defensiva en Britania ("Muro de Adriano"), fundó una colonia en Jerusalén, terminó el templo de Zeus en Atenas y emprendió multitud de obras públicas. Los únicos disturbios producidos durante su gobierno fueron los provocados en Mauritania (122) y en Judea (132-135), así como la invasión de Capadocia por los alanos (135). El carácter reflexivo y tolerante de Adriano lo convierte en uno de los emperadores más beneficiosos que tuvo Roma.
Bajo el mandato de Antonino Pío (138-161) siguió consolidándose la ocupación de Britania. Hubo esporádicas persecuciones contra los cristianos, pero el gobierno, en líneas generales, se mantuvo en una línea de orden y de prosperidad, viéndose alterado únicamente a su final por una nueva guerra contra los partos.
En todos estos casos, a partir de Nerva, la "adopción" había dado buenos resultados como forma de designar al sucesor al frente del Imperio. Marco Aurelio (161-180) es el último emperador del período romano de mayor brillantez. Compartió el poder con Lucio Vero hasta que éste murió en 169. Gran amante de la filosofía y partidario de la política pacifista, Marco Aurelio se vio no obstante obligado a vivir casi en continuas luchas, pues a la guerra contra los partos, que duró hasta 165, siguió una invasión de germanos en las provincias del Danubio que se prolongó 9 años (166-175). Aunque los invasores fueron derrotados, se les permitió establecerse dentro de los límites del Imperio. Una rebelión en Siria y nuevas incursiones germánicas, empujadas por otras tribus bárbaras procedentes del Norte y del Este de Europa, ensombrecieron los últimos años del siglo II. Marco Aurelio murió sin que la estabilidad en las fronteras hubiera quedado asegurada.
A las biografías de Adriano y de Marco Aurelio se dedicarán los siguientes capítulos de esta serie.
Fuentes: "Historia de Roma" (Theodor Mommsen). "Decadencia y caída del Imperio Romano" (Edward Gibbon).
Imagen: Soldados romanos, relieve de la época imperial.