lunes, 2 de enero de 2023


PUBLIO ELIO ADRIANO (76-138 d. C.) fue un emperador romano que gobernó de 117 a 138. Había nacido en Itálica, una colonia situada cerca de la actual ciudad de Sevilla (España). Recibió una educación esmerada que le permitió amplios conocimientos de la civilización helénica. Poseedor de dotes naturales de gobierno, había desempeñado diversos cargos durante el mandato de su antecesor Trajano, que de joven lo tuvo por pupilo y lo casó con su sobrina Sabina (100). Acompañó al emperador en sus campañas militares en Dacia y Asia, y a la muerte de Trajano durante la guerra contra los partos se puso al frente del ejército de oriente.

Adriano fue proclamado Emperador por el ejército y confirmó sus títulos ante el Senado a pesar de las dudas que suscitaba su elección, ya que nunca había sido oficialmente adoptado por Trajano. Aunque encontró el erario público en estado ruinoso, Adriano pacificó a las tribus bárbaras de las fronteras, firmó la paz con los partos, reorganizó las provincias, impulsó la agricultura, amplió los servicios públicos, humanizó la condición de los esclavos y estimuló la cultura y las artes. Bajo su mandato se compiló el primer Código de Jurisprudencia romana (el "Edictum Perpetuum"), redactado por Salviano y que más adelante sería la base del "Corpus Iuris Civilis" de Justiniano. También protegió la isla de Britania de los ataques de las tribus del norte con la construcción de la llamada "Muralla de Adriano".
Dedicó gran parte de su vida a viajar para conocer cada rincón del Imperio. Un rasgo sobresaliente del carácter de este emperador es su manía constructora: nuevas ciudades, acueductos, templos, bibliotecas, teatros y carreteras fueron ejemplos de tal afán civilizador. Adriano siempre sintió predilección por la ciudad de Atenas, a la que prestó especial cuidado. Entre los más famosos monumentos que legó a la posteridad figuran el Panteón, su propio Mausoleo (actualmente, el "Castel Sant'Angelo" de Roma) y la llamada "Villa Adriana", un bello conjunto arquitectónico edificado en Tívoli.
Cuando Adriano llegó a Palestina, los judíos le pidieron que reconstruyese el Templo de Salomón, que había sido destruido en el año 70 por las tropas de Tito. En vez de ello comprobaron con horror que el propósito del emperador era edificar un nuevo templo dedicado a Júpiter. Entonces estalló una revuelta contra los romanos, acaudillada por Simón Bar Kochba. La rebelión duró 3 años (132-135) hasta que fue aplastada por el general Julio Severo. A continuación, Adriano reconstruyó Jerusalén con el nombre de Aelia Capitolina y prohibió a los judíos vivir en ella.
El último viaje del emperador se vio amargado por la muerte, en circunstancias oscuras, de su joven amante Antinoo, cuya belleza física inspiró un nuevo tipo de arte escultórico y que Adriano impulsó en un intento de perpetuar la memoria de su favorito.
Fuentes: "Historia de Roma" (Theodor Mommsen). "Decadencia y caída del Imperio Romano" (Edward Gibbon).
Imagen: Elio Adriano (76-138).