sábado, 8 de octubre de 2022


 

Tiberio y sus sucesores.
Tiberio, hijo de Livia, segunda esposa de Augusto, sucedió a éste como emperador. Durante su reinado (14-37 d. C.), el Imperio no sufrió alteraciones territoriales. La línea fronteriza con los germanos se hizo retroceder del Elba hasta el Rin, por motivos de seguridad. Se produjeron revueltas en África (17-24), Galia (21) y Tracia (26), todas ellas sofocadas fácilmente. Tiberio, de sombrío carácter, fue un riguroso administrador de las finanzas públicas, pero suspendió la celebración de comicios y transfirió al Senado las competencias electorales. La guardia pretoriana se acuarteló por vez primera dentro de Roma (hecho que iba a adquirir una trascendental importancia en el futuro) y su comandante, Elio Sejano, ejerció abusivamente el poder mientras el emperador se retiraba a la isla de Capri. Los juicios por crímenes de "lesa majestad" fueron numerosos. Acusados de conspiración, Sejano y sus partidarios fueron a su vez ejecutados el año 31, y desde esa fecha hasta el final de su mandato Tiberio gobernó en Roma por medio del terror.
Cayo Calígula era hijo de Germánico, un sobrino de Tiberio. Su reinado (37-41 d. C.) se caracterizó al principio por el buen criterio de no anexionar nuevas provincias y aumentar a cambio el número de reinos aliados de Roma. Sin embargo, los accesos de locura del emperador hicieron derivar su mandato en una cruel tiranía: las arbitrariedades, extravagancias y asesinatos se hicieron tan insoportables que los propios pretorianos acabaron con su vida.
Claudio fue nombrado emperador por aclamación de la guardia imperial, el primero que subió al trono de este modo, y se mantuvo en el poder desde el año 41 al 54. Hermano de Germánico, toda su vida se había dedicado a los estudios históricos, desentendiéndose de las intrigas políticas. Bajo su reinado, Tracia y Britania se convirtieron en provincias romanas, la última tras una campaña militar emprendida por el propio emperador, y también se consolidó el dominio de Macedonia. En general, Claudio resultó un notable gobernante querido por el pueblo. Sólo al final de sus días las querellas familiares complicaron y dañaron su reputación, al verse obligado a ejecutar a su tercera esposa, Valeria Mesalina, a causa de la conjura que ésta había urdido con uno de sus amantes para derribar al propio Claudio.
El último emperador de la dinastía Julia-Claudia fue Nerón, que también alcanzó el poder por proclamación de los pretorianos. Su gobierno (54-68) no disgustó en general a las provincias, si bien las continuas dilapidaciones dejaron exhausto el erario. Se combatió con éxito a los partos (58-62), la rebelión de la reina Boadicea fue derrotada en Britania (61), Armenia se convirtió en reino aliado (63) y los judíos se sublevaron (66) antes de ser sometidos de manera sangrienta. En el año 64 se produjo un gran incendio en Roma y, a raíz de él, tuvo lugar la primera gran persecución contra los cristianos, causando la muerte de numerosos adeptos de la nueva religión. Los excesos despóticos de Nerón y la ejecución de sus opositores (Séneca, Lucano y Petronio se contaban entre ellos) provocaron finalmente un golpe de Estado por parte de varios gobernadores y generales (68), después del cual el emperador se vio forzado a suicidarse.
A continuación, Galba, gobernador de una de las provincias de Hispania, fue proclamado emperador por sus propias legiones, pero las fuerzas acantonadas en Germania hicieron lo mismo en favor de Vitelio. Al llegar Galba a Roma, la guardia pretoriana lo asesinó y nombró en su lugar a Otón. Vitelio, sin embargo, derrotó cerca de Verona a las tropas de Otón, que se suicidó, y poco después el ejército de Vitelio caía cerca de Cremona frente a Flavio Vespasiano, general que había sido proclamado emperador en Alejandría. Vespasiano dominó finalmente la anarquía y en el año 69 inauguraba con su persona el periodo de la dinastía Flavia.
Fuentes: "Historia de Roma" (Theodor Mommsen). "Decadencia y caída del Imperio Romano" (Edward Gibbon).
Imagen: El incendio de Roma (64 d. C.).