jueves, 10 de febrero de 2022


La crisis de la República (I).
El reverso del cuadro de la formación del Imperio lo constituye la angustiosa situación de los agricultores en Italia. El precio del trigo descendió considerablemente con la importación desde Sicilia, Cerdeña y Egipto. Sólo rentaban los grandes fundos agrarios. Los pequeños propietarios tuvieron que vender sus tierras, los labradores libres fueron sustituidos por esclavos y la ciudad se vio llena de personas indigentes, desposeídas de sus tierras y de su trabajo, pues también el proletariado urbano se vio desplazado por la afluencia masiva de mano de obra esclava. Los pocos que se aferraron a su campo no podían competir con los grandes propietarios, que detentaban al mismo tiempo mayor cantidad de "ager publicus" (terreno rústico confiscado al enemigo) que la legalmente autorizada o alimentaban más cabezas de ganando que las permitidas.
El tribuno Tiberio Sempronio Graco propuso la reducción de estos arriendos a sus límites legales y el establecimiento de los ciudadanos pobres en los terrenos excedentes (134-133 a. C.). Pero tanto él como su hermano Cayo (123-121) perecieron violentamente a manos de alborotadores pagados por los aristócratas. Las reformas propuestas por Cayo Graco tendían a reducir el poder senatorial transfiriendo los "judicia" (juicios) a los "equites", que así alcanzarían el reconocimiento de clase independiente, robustecida además por una ley que estatuía que los impuestos de la provincia de Asia recientemente incorporada (129) fueran recaudados por los "publicanos" romanos en vez de por recaudadores indígenas. La contribución de las colonias, la distribución entre la plebe de trigo a bajo precio, la reducción del servicio militar y la entrega a los soldados de armas y vestimenta aliviarían también la situación de los pobres. Pero el derramamiento de sangre que acompañó a la caída de los Gracos y el asesinato judicial de 3.000 simpatizantes de Cayo iniciaron en Roma una explosiva era revolucionaria. Surgió un partido popular y exaltado, opuesto a los conservadores ("optimates") y resuelto a luchar hasta la última instancia contra el gobierno senatorial y el monopolio de los cargos por las grandes familias.
La guerra contra Yugurta, rey usurpador de Numidia (111-106), encumbró entonces a un general de origen plebeyo, Cayo Mario, en quien los populares pusieron la esperanza de liderar toda su rebeldía. A continuación sobrevino la peligrosa invasión de los cimbrios y de los teutones, pueblos bárbaros procedentes de Dinamarca y de Alemania que asolaron la Galia y el norte de Italia. Mario reorganizó las legiones, creando el primer ejército romano profesional, y derrotó a los invasores en las cruentas batallas de Aquae Sextiae y de Vercelli (102-101), tras de lo cual fue aclamado por el pueblo como "Salvador de la Patria".
Fuentes: "Historia de Roma" (Theodor Mommsen). "Decadencia y caída del Imperio Romano" (Edward Gibbon).
Imagen: Cayo Sempronio Graco arengando a la plebe, grabado del siglo XIX.