"Aquel cuyo nombre está escrito en el agua". Epitafio en la tumba de John Keats.
lunes, 19 de junio de 2017
UNA FÁBULA
El dueño de esta rica mansión
pavimentó con oro
sus estancias, las fuentes
del jardín manaban vino
en los días de fiesta
y, cada velada, el brillo
de las gemas parecía
prologar el amanecer...
La "Ciudadela del Lujo",
la llamaban.
Para disuadir a los ladrones
o apresarlos incluso
tampoco escatimó:
alambradas, un Argos de cien ojos
y hasta hombres armados
que se relevaban en su vigilia.
El dueño se sentía satisfecho.
Pero un día
quiso salir de la casa
y no consiguió hacerlo.
No daba con la llave necesaria.
Y entonces, bajo una perla
de amarga lucidez, comprendió
que era él quien estaba atrapado.
martes, 6 de junio de 2017
CREPÚSCULO
Anochecer de estío...
En reluciente solio,
conversan las espigas
del viento al blando soplo
y hasta el nido la alondra
se dirige en retorno.
Apenas unas nubes
prestan al Sol sus copos,
mientras el valle abierto
seduce igual que un rostro
entre olivos de sueño
y caminos remotos.
Yo divago a mis anchas,
reverencial, pletórico,
como quien ha tenido
noticia de un tesoro,
huyendo de los hombres
que se aturden tediosos.
Al entrar en mi pecho
el aire, cual rescoldo,
caldea tibiamente
la celda de mis votos
y un renovado fuego
crepita en lo más hondo.
Mi corazón se llena.
Puedo ser yo, no otro.
Ahora, tu recuerdo
reviste de abalorios
esta carta sin letras
que de tu mano evoco.
Suspiro... Una promesa
hago de verte pronto.
Y entretanto mis rimas,
como fieles escorzos,
te pintarán el alma
con besos de mis ojos.
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