"Aquel cuyo nombre está escrito en el agua". Epitafio en la tumba de John Keats.
sábado, 22 de febrero de 2020
EL TIEMPO
¡Mal hayas, terco y envidioso viejo
que abrevias cursos a las alegrías
y alargas horas a las agonías,
siempre nublando nuestro humano espejo;
mal, pues de nieve y avidez parejo
llevas la cuenta de totales días,
de meses, años, siglos, y te guías
de tu sola crueldad por el consejo!
¡Qué inútil e infecundo suplicarte,
qué necedad sin límites pedirte,
qué superfluo con lágrimas rogarte!
¡Y triste amor, que anhela persuadirte
de que quieras un punto retrasarte
para que más lo azotes por huirte!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Un amigo me escribió una vez, hablando de poesía, que sólo existen cuatros grandes temas siempre presentes en toda época y lugar: dos son centrales, la Vida y la Muerte, y los otros dos transversales, el Amor y el Tiempo. A este último se refiere el soneto que publico hoy, porque, verdadero tirano del mundo, absolutamente nada ni nadie escapa a su implacable poder. Y no porque estemos acostumbrados a notarlo resulta menos sobrecogedor...
ResponderEliminarCierto es lo que dices y bien expresado queda en el soneto.
ResponderEliminarGracias, Juan. Todos somos esclavos del paso del tiempo.
EliminarSentidas e intensas letras... excelente Rafael, besos.
ResponderEliminarEl sentimiento del poeta siempre es una ola de intensidad. Besos.
EliminarEres un enorme versador de letras poeta, está genial, besos
EliminarSólo son años de práctica, pero me aplico para que no se me olviden. Besos.
EliminarFelicidades..Es un gran poema, besos
ResponderEliminarMe alegro de que te haya gustado, Besos.
EliminarGracias por compartir tus interesantes versos,creo que la tiranía siempre fue un antes y un después en el tiempo.
ResponderEliminarGracias a ti por tu comentario.
EliminarHermoso soneto.
ResponderEliminarMuchas gracias.
EliminarMagnífico poema, gracias por compartirlo.
ResponderEliminarDe nada, mi página se encuentra siempre abierta para los aficionados a la poesía.
EliminarMuy bueno, Rafael.
ResponderEliminarEres muy amable.
EliminarAprobada tu publicación en nuestro grupo, es un placer.
ResponderEliminarEl placer es mío.
EliminarRealmente bueno tu soneto, recuerda mucho a los clásicos.
ResponderEliminarEl tema de lo efímero de nuestra vida ha sido tratado muchas veces por los poetas. Es un asunto universal y permanente en la literatura. Muchas gracias por dejar tus palabras.
EliminarExcelentes versos, se leen con mucho gusto.
ResponderEliminarTe agradezco tu comentario, es muy estimulante para mí.
EliminarTe damos las gracias por compartir tan bella inspiración.
ResponderEliminarYo os doy las gracias a vosotros.
EliminarBuenísimo, me encantó!!
ResponderEliminarEres verdaderamente amable.
EliminarUn placer leerte.
ResponderEliminarPues encantado de que así sea.
EliminarPones la palabra justa y la expresión más acertada... a eso se le llama arte.
ResponderEliminarEl arte de las palabras... así solía conocerse a la poesía, por lo menos antes de que Baudelaire la revolucionara completamente.
EliminarHermoso.
ResponderEliminarGracias, amigo.
EliminarQuevedo y Cadalso escribieron sonetos acerca del poder del tiempo. El tuyo es original porque lo personifica y se dirige a él en segunda persona. La imagen del cuadro de Rubens me parece muy acertada. Enhorabuena por todo.
ResponderEliminarUn comentario excelente, se nota que eres una persona muy entendida. Gracias por venir a mi página y dejar tus palabras.
EliminarSi cierro los ojos y pienso en el Tiempo lo veo como un viejo cruel que devora a sus propios hijos.
ResponderEliminarEfectivamente, la alegoría del Tiempo ha sido retratada así muchas veces, por Rubens y Goya entre otros. Se basa en el mito griego de Cronos, que se comía a sus hijos por temor de que al crecer le destronaran.
EliminarLos seres humanos, y todas las criaturas en realidad, estamos tan completamente sumidos en el Tiempo que una existencia sin él resulta inimaginable. La razón, al menos, la rechaza, aunque los que tienen fe afirman que la vida eterna sí que es posible. Ahí lo dejo.
ResponderEliminarAsí es, completamente de acuerdo contigo. Una vida sin tiempo, es decir, una eternidad, no es fácil de asimilar ni mucho menos. Ni siquiera para un sermón de tipo religioso. Recuerdo la leyenda medieval del monje de Leyre... creo que es lo que más se ha acercado en ese intento de comprensión.
EliminarEstoy siguiendo tu poema y los interesantes comentarios que se están dejando aquí. Del poder destructor del Tiempo hemos derivado a una cierta noción de la eternidad, como si ésta fuera una especie de liberación. Por mi parte considero, a la manera de los antiguos griegos, que existen dos fuerzas rectoras del universo, una que denominaré Eros y otra que se llama Tánatos. La primera crea y la segunda destruye. La acción de ambas fuerzas constituye nuestra vida. La única que conocemos. Yo no creo que exista nada más. Un saludo cordial.
ResponderEliminarBueno, realmente poco puedo añadir a un comentario tan bien expresado... Yo también conozco las creencias y mitos de los antiguos griegos. Son un material literario de primera categoría. Un saludo, amigo.
EliminarHermoso escrito, con tu permiso lo comparto.
ResponderEliminarPermiso concedido, no hay problema.
EliminarGran poema, tu página es un lujo literario.
ResponderEliminarMuchas gracias.
EliminarAprobada tu publicación en nuestro grupo.
ResponderEliminarFelicitaciones, es un poema muy lindo.
ResponderEliminarMe alegro de que te guste.
EliminarNada que decir... el poeta habla con razón
ResponderEliminarGracias, amigo.
EliminarComo siempre, un soneto estupendo.
ResponderEliminarGracias por tus palabras.
EliminarAprobada publicación, gracias.
ResponderEliminarEncantado de ello.
EliminarExcepcionales letras, un placer leerte.
ResponderEliminarEl placer, una vez más, es mío.
Eliminar¡Qué inútil e infecundo suplicarte,
ResponderEliminarqué necedad sin límites pedirte,
qué superfluo con lágrimas rogarte!, Un gusto leerte Rafael.
Me alegro mucho de que te guste.
EliminarGracias por compartir tus valiosas letras.
ResponderEliminarDe nada, para mí siempre es grato hacerlo.
EliminarUna delicia encontrar textos como éste.
ResponderEliminarTe doy la bienvenida a mi página.
EliminarPoesía exquisita para el alma, gracias por ponerla.
ResponderEliminarDe nada, es mi labor como poeta difundir estas obras.
EliminarUn soneto muy hermoso.
ResponderEliminarMuchas gracias.
EliminarAmigo Rafaél FELICIDADES por traer este SONETO extraordinario como todos los que escribes, soy un enamorado de SONETO y por eso te dejo uno de mi cosecha, ya que en esta página POESÍA CIUDAD REAL Y PROVINCIA no se ven con frecuencia y menos de este corte. Un amistoso y apretado saludo. .SINCERAMENTE
ResponderEliminar.
Me gusta consumir versos cadentes,
con alma, corazón y sentimiento,
que tengan su esqueleto en movimiento
y vayan derramando referentes.
.
Que sus entrañas sean transparentes,
que den al exterior gran lucimiento,
que sean del poema un basamento
reforzado con tropos excelentes.
.
Que un conjunto variado en un poema
lleven todos en su alma pura yema,
es cosa que me llena de placer.
.
Noto al leerlos como si ascendiera
en un silente vuelo, de manera
que sólo mi ilusión es ascender…
****************
**********
Manuel Mejía Sánchez-Cambronero "BARRALES"
Muchas gracias, amigo. Comparto esa pasión por el soneto, para mí es la estrofa perfecta. Saludos cordiales.
EliminarGrata lectura poeta, bellísima. Saludos.
ResponderEliminarUn saludo, Susana, y gracias por tus palabras.
EliminarHermoso, muy sabias palabras.
ResponderEliminarTe agradezco tu comentario.
EliminarIntensas y certeras letras,un gusto leerle...
ResponderEliminarMuchas gracias.
EliminarPreciosa amigo, gracias.
ResponderEliminarMe encanta que te guste, Julia.
EliminarAplausos, por un gran poeta. Esta excelente.
ResponderEliminarMi corazón recoge encantado tus aplausos, Ari.
EliminarRafael es muy bueno, gracias por acordarte de mi. Saludos.
ResponderEliminarDe nada, Rocío, te tendré presente.
Eliminar