Si este banco
tuviera una proa
sería un navío.
Si el navío
siguiera un rumbo
iría a Ítaca.
Si navega hacia Ítaca
debo de ser Ulises.
Si soy Ulises
mi fiel esposa, a estas horas,
ya se ha acostado con sus pretendientes,
sin faltar uno,
después que se comieron
mi patrimonio
y molieron a palos a mi hijo...
Un momento. Esto no figuraba
en el guión.
Vaya birria de sueño.
¿Quién me mandaría...?
Será mejor no cambiar nada
en este parque,
que se tuesta desnudo, como una piel
fijada a las parrillas de la luz,
y no oyó nunca hablar de la Odisea.
JaJa... un sueño un poco masoquista, ¿no? Alguien dijo que había que tener cuidado con lo que se sueña. Pues eso.
ResponderEliminarSí, algunas veces a las personas soñadoras se nos va un poco la pinza...
EliminarMe gusta mucho la forma de darle la vuelta a la historia de Ulises, es muy original.
ResponderEliminarCelebro que te guste. Si bien se piensa, a todas las historias se les puede "dar la vuelta", como a los calcetines. No es un mal ejercicio literario.
EliminarMe encantan las personas que como yo sueñan despiertas, lo malo es dejarse llevar por algunos sueños que empiezan bien y pueden acabar en pesadilla. Me gusta mucho, como siempre
ResponderEliminarTus opiniones coinciden con las mías. El soñador, no queriendo abandonar su sueño, se acaba dando de bruces con la realidad. Pero eso no sucederá nunca en este blog, donde los sueños son libres y construyen poco a poco su propio mundo...
EliminarA mí me encantan los Ulises desatados, los que sueñan despiertos, los que aman sin límite y regresan a su nido tarde o temprano.
ResponderEliminarUn abrazo, guapo.
Veo que conoces la historia de Ulises. A mí siempre me gustó, desde que leí la primera vez la "Odisea" en una edición para niños. Por cierto, el episodio de las sirenas me ha servido también para un poema que publicaré aquí dentro de poco...
EliminarUn abrazo para ti y muchas gracias por tu comentario.