Acanto en mármol. Capitel. Columnas
que yerguen pie sereno.
Dedos de musgo. En el losar, las letras
de la imprenta del tiempo.
Dulce oquedad tornó a llenar la lluvia.
Bañándose, jilgueros.
Un bucle de neblina descompone,
espectral, su albo yelmo.
Respiración. Con tal asombro, silbo.
Late en flor el misterio.
Miro el libro de mano... "Hija de Roma,
fundó Claudio Marcelo".
Emotiva calzada. Itinerario
o pedestal de templo.
Entre los fustes, detenido río.
Decrepitud. Silencio.
Reconcentrada placidez. La pulpa
de la ciudad: sus restos.
Para el afán de lucro, casi nada.
Para la lira, viento.
Mosaico roto. Dibujo que sugiere
la cabeza de un perro.
Desvaído color. Teselas. Luces.
Mito así prisionero.
Pero es mi filiación la que reescribe.
Quien salmodia, mi verso.
Pero es mi humana sombra la que cubre.
Pero es mi ser. Mi centro.
Irremediablemente malherido,
o en lágrimas suspenso,
otra vez la belleza me cercena
al tacto de su fuego.
Y de nuevo se escapa, mar arriba,
hacia el satén del cielo.
Mientras yo hablo con la dura lengua
del torpe mensajero.
(De "Cuando nada importe").
Poema de mi segundo libro. Hay algo de grandioso en las piedras antiguas cuando conservan aún las huellas de un arte que se resiste a morir.
ResponderEliminar..tengo la misma impresion que tu dices, te gusta la ciudad de Córdoba?
EliminarSí, la conozco bien y está llena de encanto poético.
EliminarEste gran poema me hace latir las emociones con sus bonitas palabras, no conozco la ciudad pero si me suena la historia, pero me cuesta comprender el poema un poco,se que habla de las columnas y de sus piedras antiguas esto me encanta porque forma parte de la historias, del arte eso a mi me gustas,pienso que Córdoba es una ciudad calurosa, y tierra santa es como lo pienso. este poema siento los versos al leerlo con mucha melodía gracias Rafael Simarro.
ResponderEliminarYo soy un apasionado de la tierra andaluza en general y Córdoba ocupa en ella un lugar destacado. Pero también Cádiz, Sevilla, Granada... Poco a poco irán apareciendo poemas dedicados a todas ellas en esdte blog.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarPoema descriptivo, de ritmo muy pausado e imágenes bastante logradas. Lo de mirar el libro de mano queda genial, recuerda al turista que se patea la ciudad y continuamente consulta las cosas. Sigues sorprendiendo con tus continuos cambios de estilo.
ResponderEliminarGracias, Roberto. Cuando los poetas hacen turismo pueden producirse estos resultados. Aunque no siempre, claro. Todo depende del momento y el lugar...
EliminarComo muy bien dice Roberto, se trata de un poema muy descriptivo, no sólo del lugar sino del propio sentir del poeta. Me gusta su composición, el ritmo impreso, pero no por que, a mi me parece triste.
ResponderEliminarDisculpa en la última frase quería decir que no se el por que, pero que a mi me parece triste.
ResponderEliminarPodemos "describir" la realidad exterior cuando poéticamente nos resulte atractiva, pero es prácticamente imposible hacerlo (o a mí me lo parece) sin dejar traslucir los sentimientos y el mundo subjetivo del autor. Esa nota de tristeza a la que te refieres está presente, porque la contemplación de belleza que se quiere poseer de un modo absoluto sin conseguirlo produce ese efecto de decaimiento del ánimo. Sin embargo, también es un acicate para continuar...
EliminarGracias, "anónimo".