"Aquel cuyo nombre está escrito en el agua". Epitafio en la tumba de John Keats.
viernes, 14 de junio de 2013
AL CRISTO DE LOS FAROLES
Por tu renombre te busqué. Mi anhelo
era más el prurito del artista.
En tu plazuela al detener la vista
te hallé en el cáliz de la cal y el cielo.
A vísperas tocaban... Alto velo
de noche cordobesa, quimerista,
empezaba a caer. Con su amatista
el cerrado fanal sembraba el suelo.
De pronto me sentí como desnudo.
Una interior alondra balbucía
contemplándote en piedra, recoleto.
Mi alma se libraba de su nudo.
Y, española y cristiana, respondía
al incitarle tu suplicio quieto.
(De "Justa medida").
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Hay momentos de una emoción tan intensa que se salen de la atropellada corriente del tiempo y quedan detenidos para siempre.
ResponderEliminarEste fue uno de ellos.
Veo cuatro fases en este poema: la evocación de la visita a un lugar, la recreación de su atmósfera, la reacción que te suscita y la explicación de esa reacción. Todo está muy bien. Pero lo que no comparto es el sentimiento religioso ¡qué le vamos a hacer!
ResponderEliminarEntonces bastará con compartir la belleza, más allá de lo que cada uno crea. Tu comentario, como es habitual, muy atinado. Gracias.
EliminarEL POEMA ES PRECIOSO DE VERAS!!!
ResponderEliminarGracias, Adriana, es un placer tener lectores como tú. Y saludos para tu Córdoba "argentina"...
Eliminarque apasionadamente escribes y te vuelcas en todo!! me gusta muchísimo el nuevo soneto..
ResponderEliminarLa pasión, Julia, es el fluído vital que hace que la poesía esté viva y camine.
EliminarNo cabe ninguna duda de que te dejas atrapar por la belleza haciéndote absolutamente apasionado. No importa cual sea el motivo, religioso, profano, lo cierto es que tu sabes plasmar la emoción de un sentimiento y de contagiarnosla a todos los que nos gusta recrearnos en lo que entendemos que es buena poesía.
ResponderEliminarDices bien que el motivo para mi inspiración puede ser religioso o profano. Pero en cualquier caso los dos se confunden en un único y superior culto a lo que es hermoso. Keats, un admirable romántico inglés, dejó escrito hace doscientos años: "La belleza es verdad y la verdad belleza: eso es todo y no otra cosa necesitáis saber sobre la tierra". Esta es la creencia que yo profeso y en este blog la compartiré con todos vosotros...
EliminarTodo lo que hace que nuestro corazón salte exaltado es hermoso. Yo amo al Cristo de Calatorao. No sé si es una brizna de fervor religioso que queda en mí desde mi infancia o solo el cariño que me embriaga cada vez que le recuerdo. Tal vez por lo que tu dices: porque siempre que le miro solo veo verdad y belleza.
ResponderEliminarLos caminos del corazón son misteriosos y algunas veces desembocan en algo que no esperas. Pero la aventura de seguirlos bien vale la pena. En cada uno de nosotros hay un libro que apenas hemos empezado a hojear. Cuando lo leamos del todo nuestra vida se habrá cumplido...
EliminarGracias, Merche, por tus amables palabras.