"Después que no descubren su lucero
mis ojos lagrimosos noche y día...".
F. Luis de León.
Asoma el Sol al mirador de oriente
y apenas en mantillas llora el día
cuando ya pienso en ti, tirana mía,
no haciendo cosa que de ti me ausente.
La noche roba cual ladrón silente
de los miembros la fuerza, la osadía,
mas persiste en soñar mi fantasía,
prendida a tu reclamo tercamente.
Entre luz o tinieblas: da lo mismo,
que el poderoso cetro de tus ojos
está constante sobre mí imperando.
Y así, desde la cumbre hasta el abismo,
con efímero triunfo o con despojos,
mi vida entera se resume amando.
Lo creía difícil pero te has superado , no solo por la introducción que nos haces, recordando F.Luis de León, si no por el poema escogido pues a mi me suena diferente a todo lo visto en este blog. Sin duda es un poema escrito para ser recitado y me encanta lo de "tirana mía". Enhorabuena.
ResponderEliminarGracias por tus palabras y también por tu fidelidad, muy importante para el blog. Mi intención, en efecto, es recitar el soneto en público, aunque esto no depende solamente de mí. Me alegro de que te haya gustado.
EliminarSe nota tu gran afición por los clásicos. Continúa así y que no decaiga.
ResponderEliminarSe hará lo que se pueda, porque no es fácil. Pero ganas no faltan.
EliminarEs simplemente precioso Rafael.
ResponderEliminarEl reflejo en los lectores es lo que hace bonito a un poema. Gracias por esas palabras.
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