"Mientras que el cruel amor me cercaba sin tregua..."
Pablo Neruda.
Ligero agravio que en el alma pasa
si tu barca se va de mi ribera
en gozo se convierte, porque espera
que volverás a mí y harás tu casa.
Con breve vuelco, la tristeza tasa
después al oropel de tu quimera,
dejándome por cierta y lastimera
una verdad lluviosa que me amasa.
¿Cómo encontrar el fiel, templar el nervio?
¿Qué puedo hacer, si un desmedido espino
punza mi voluntad y la domeña?
"Huir de la ocasión", dice el proverbio.
Pero quien, débil, reta a su destino
sin remedio ni alas se despeña.
"Huir de la ocasión" muchas veces no resulta nada fácil. Creo que el soneto guarda más cosas de lo que expresa, como si tuviera un mensaje oculto. ¿Estoy en lo cierto?
ResponderEliminarAciertas en ambos aspectos, Roberto. Un saludo.
EliminarSi el "jardín prohibido" es tan maravilloso como esa bonita imagen que has escogido, seguro que yo me perdería en el.
ResponderEliminarEn verdad has estado sublime.
Perderse en él... para encontrarse a sí mismo. Y desear que esa "perdición" sea eterna. Muchas gracias por tus palabras.
EliminarMe gusta pero porqué dices que el amor es cruel?
ResponderEliminarBueno, es Neruda quién lo dice. Pero estoy de acuerdo en que el amor es cruel... cruel y hermoso al mismo tiempo.
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