Tal al agua que se aleja
por la desembocadura,
fluye en su mano la oscura
desazón de mi madeja.
Inasequible a la queja,
estira el delgado hilo
para suspenderlo en vilo
en un postrer resplandor...
Y, después, la vida en flor
cortar con avieso filo.
"Nuestras vidas son los ríos/ que van a dar en la mar,/ que es el morir, etc." ¿No hay un paralelismo con todo esto?
ResponderEliminarPuede haberlo, aunque en el tema de la Parca la muerte carece de consideraciones de tipo moral.
EliminarBonito poema en el que se trata el tema de la muerte con absoluta naturalidad, aunque confieso que es un tema que no me gusta, ya que prefiero su contraposición, la vida, el amor, que dada la sensibilidad manifestada aquí, serán campos en los que seguro que te manejaras perfectamente. Me gusta mucho la foto seleccionada, creo que se corresponde muy bien con la diosa Atropos. Perfecto, felicidades.
ResponderEliminarGracias, "Anónimo". La muerte como asunto literario me atrae, pero desde luego menos que el amor, como espero que se vaya viendo en este "blog" en sucesivas entradas.
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