Da tu divina fragancia
alientos al jardín mío,
cual baño de azul rocío
que en los pétalos se escancia.
¿Cómo impedir tu constancia?
¿Cómo intentarlo siquiera?
Si, preso en tu primavera,
me congratulan sus lazos,
amarrado a tales brazos
bueno será que me muera.
Me gusta mucho, y me encanta que hayas escogido estos versos enlazando así el tema de la muerte con el del amor porque a quien no le importaría morir de esta manera?
ResponderEliminarNinguna vida es un fracaso si existe amor en ella. Y el corazón amante no puede en realidad morir...
EliminarLa imagen me recuerda mucho al género del "amor cortés". La figura del segundo plano parece talmente un marido celoso.
EliminarPues no lo había pensado, pero tienes razón.
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