"Aquel cuyo nombre está escrito en el agua". Epitafio en la tumba de John Keats.
jueves, 19 de marzo de 2015
POETAS ROMÁNTICOS INGLESES: CANTO XV
Echo de menos tu piel, ardiente hija del páramo,
indómita gitana de las cumbres hirsutas,
y tu figura acuchilla mis espejos
como una lanza, me zarandea doliente,
desterrado a muchas leguas de ti,
con el violento ímpetu de las lágrimas
y el sabor a ceniza de tus últimos besos,
mientras palpando busco
el funesto vaso que llenó tu abandono.
¡Te habría entregado tanto de mí mismo...!
Con termas, con capillas, con palacios,
con avenidas, jardines, fuentes,
con bazares y anfiteatros,
con paseos bajo arcos de piedra,
con florestas de subyugantes trinos,
con la corte gentil de la Primavera
rendida en arpas para ti
hubiera fundado, vencedora del tiempo,
la populosa urbe de mi regalo.
Puesta a poseerme, hasta el umbral
de la propia locura iba quedando atrás...
El frenesí de tu ansiedad me devoraba
y purificado en esa pira
bruñía los mejores resortes de mi alma,
su más auténtica dimensión,
templada por el horno de tus pupilas,
forjada sobre la fragua de tus promesas,
espada fulgurante, caliente luna emergiendo
de los húmedos pantanos de mi carne.
Pero necesariamente la historia debía terminar.
No era posible hacer que sobreviviese
más que como fugitiva colección de imágenes,
o arroyo que poco a poco se adelgaza,
o escondida tumba, en la que flores fúnebres
abren aún sus labios bajo la lluvia
murmurando que toda dicha es efímera
en este mundo, aunque también sea cierto
que sólo ella justifique el nacer y el morir.
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Retomamos las tareas del "blog", por algún tiempo interrumpidas a la fuerza... Volvemos al romanticismo, esa inveterada habitación para el alma...
ResponderEliminarun poema con sabor a ti, de gran intensidad y muy emotivo...
ResponderEliminarUn placer encontrarte otra vez, amiga.
Eliminarque te pasó?
EliminarProblemas técnicos, Julia...
EliminarMagnífico poema! Es un placer volver a disfrutar de tus exquisiteces como escritor y tu buen gusto por el romanticismo y ese halo que lo envuelve. Gracias por compartirlo nuevamente. Abrazos.
ResponderEliminarAhora vuelvo como un "convaleciente" de las sombras que retorna a la luz... Gracias por tus estimulantes palabras.
EliminarVuelves con fuerza Rafael, muchas gracias Poeta. Un abrazo.
ResponderEliminarMe alegra contactar de nuevo. Echaba de menos estos espacios literarios. Gracias a ti, amigo.
Eliminar¡Qué poema más hermoso!
ResponderEliminarLo escribí con una herida abierta, de esas que no se ven, pero supuran hacia adentro...
Eliminar¡Brillante poema, amigo Rafael! De eso no hay duda. Gracias por compartir ese romanticismo con tu poesía, aún ahora hay gente que se alimenta con escritos románticos!
EliminarEl pan y la sal de los versos, cuando se prueban, no se cambian por sucedáneos...
EliminarEs verdad.
EliminarTenía ganas de volver, se me ha hecho pesado este obligado paréntesis...
EliminarQué placer encontrarme con una buena lectura, de buen escritor... Gracias por escribir.
ResponderEliminarEl reencuentro es también muy agradable para mí. Un saludo muy cordial.
Eliminarhermoso... gracias.
ResponderEliminarA ti, por visitar mi blog.
EliminarGracias Rafael por compartir, tan valiosos escritos de un poeta como tú, me siento honrada.
ResponderEliminarLa belleza del idioma que nos hermana... ésa es nuestra honra común.
Eliminarun magno poema
ResponderEliminarde consumado estilo
ResponderEliminarAgradecido a tu comentario. Un saludo, amigo.
EliminarPuede que toda dicha sea efímera, como dices, pero eso no impide que los seres humanos la busquemos siempre.
ResponderEliminarEs verdad, porque no hay nada tan atractivo como lo que es escaso.
Eliminarun placer seguir visitando tu blog...
EliminarYa sabes que puedes venir cuando quieras, Roberto.
EliminarMuy bello!!
ResponderEliminarGracias por tu aportación.
EliminarMe gustó mucho!!
ResponderEliminarMe alegra llegar hasta tu Guatemala. Un abrazo.
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