"Abril, sin tu asistencia clara, fuera
invierno de caídos esplendores...".
Juan Ramón Jiménez.
Cuando el guardián se duerme descuidado
con la espada de luna en las rodillas
y lejos de este muro, a muchas millas,
mi anhelo herido vuelve derrotado;
cuando el silencio, con su atroz bocado,
la soledad y el mal hacen astillas
la esperanza de un hombre, en las orillas
de algún vergel recóndito y aislado.
Cuando, en fin, macilento, sin escalas,
mi vieja torre cierro, reincidiendo
en la tristeza de las horas yertas...
Siempre apareces tú, con dulces alas,
por el umbral del ánima accediendo
para de golpe derribar mis puertas.
Muy bueno el poema encandilas las palabras que conlleva y me gustas.
ResponderEliminarGracias.
Guadalupe.
La poesía no es más que un incondicional y profundo amor por las palabras. Yo te doy las gracias a ti por visitar mi página. Un saludo.
EliminarAY RAFAEL, QUE BELLEZA DE POESÍA!!!!!!!!!
ResponderEliminarLlegar al corazón como un dardo encendido: yo no la concibo de otra forma.
EliminarOtro buen soneto de los tuyos. Me gusta la metáfora "la espada de luna", creo que está muy en línea con el estilo de Juan Ramón Jiménez, al que tú mismo citas.
ResponderEliminarEl Juan Ramón de la época modernista es el que prefiero. Supongo que ha influido bastante en mi manera de escribir, desde el principio. Gracias otra vez, Roberto, por tu persistente afición a este blog.
Eliminar¡Que emotivo! En principio refleja un sentimiento de tristeza, abatimiento, derrota, pero el final es absolutamente motivador, el sentimiento reflejado es triunfador, de superación, de entrega. Me llena de paz
EliminarCreo que lo describes perfectamente. El tema central del soneto podría interpretarse así, como el rescate decisivo para el alma, como el hallazgo de la plenitud... como la libertad.
EliminarSólo hace falta que ese "tú" cobre el cuerpo y forma precisos...
tus palabras despiertan ecos del pasado, yo sufri una experiencia dolorosa y muy parecida. Pero ahora al leerte me haces sentir bien, gracias!!
ResponderEliminarYa me había dado cuenta de que la poesía puede ser una terapia espiritual. Lo noto en mí mismo en frecuentes ocasiones. Si por añadidura su efecto alcanza a los lectores, ¿qué más cabe pedir?
EliminarMe encanta este poema relajas mucho,gracias.
ResponderEliminarMe encanta la palabra umbral, gracias.
Guadalupe.
Tu opinión es gratificante para mí. Cuando uno escribe de sus propios sentimientos nunca está seguro del todo de encontrar una buena acogida.
EliminarPoesia clasica; musica celestial....cada vez ne gustan más los buenos sonetos!...tenemos tanto que aprender de ti!
ResponderEliminarGracias por tus palabras, Cielo, pero en realidad yo también estoy aprendiendo, nunca se termina de aprender...
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