"Aquel cuyo nombre está escrito en el agua". Epitafio en la tumba de John Keats.
lunes, 6 de octubre de 2014
POETAS ROMÁNTICOS INGLESES: CANTO XIII
Ven a mí. Ahora que la noche
arrastra su mortaja sobre la ciudad
de las multitudes sin nombre,
trayendo para muchos el bálsamo del sueño
y para otros la desvelada
preocupación, la insidiosa conjura,
ven, que nunca había estado
mi alma tan dispuesta a abrazarte,
ni eran tan tuyas mi soledad
ni esta hambre de ti.
Apartemos la vista del decrépito,
que se pega a su lecho
como si fuera una frágil tabla
de salvación sobre el mar de sus temores,
del dormido burgués,
que echa tan bien sus cuentas
después del copioso ágape,
de los desesperados, bajando
en su condena hasta el infierno
con turbulentas pesadillas.
A todos esos no les pertenece tanto
la noche como a nosotros, Hada
mía, cuando la desnudez
es suficiente para encender el aire
y en el altar de plata de la Luna
nuestros cuerpos lentamente se inmolan
hasta matarse a sí mismos,
viviendo luego
bajo la renacida piel del otro.
Yo te presiento en mí y te llamo,
acuciando tu llegada,
tu entrega, tu aliento jadeante,
el bronce de tus muslos, el cálido
monzón que derraman tus besos:
húndete en mis entrañas
igual que un ávido florete,
vuela en mi horizonte,
piérdete en esa hondura, que ya es tuya
también, pues por mucho que busque
el fanal del hastío ya no te encontrará...
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Bajo el cómplice manto de la noche, la pasión rompe sus ligaduras...
ResponderEliminarMuy intenso amigo! Te felicito!
ResponderEliminarLa "intensidad" debe buscarse siempre en un poema, cualquiera que sea su extensión. Me alegra que te haya gustado.
EliminarAsí debe ser, en este poema la emoción es muy intensa y amorosa!
ResponderEliminarCuando se escribe poesía romántica es muy difícil no dejarse llevar por esa emoción que dices...
EliminarAY QUE MARAVILLA DE POEMA RAFAEL!!!!
ResponderEliminarMuchas gracias, Adriana, y te mando un abrazo.
EliminarVaya Rafael Simarro, no me esperaba la poesía tan romántica,la poesía y el amor se juntan y hace de ella un primor, que emoción y que bello, gracias por escribir,Guadalupe.
ResponderEliminarLa poesía y el amor son viejos compañeros, desde que el mundo es mundo... Gracias a ti, Guadalupe.
EliminarEs delicioso disfrutar de un poema así. Unos versos maravillosos. Gracias. Un abrazo.
ResponderEliminarCon palabras como las tuyas me reafirmo en mi voluntad de mantener este blog, son muy importantes para mí.
EliminarSiempre gracias a ti, y por hacernos partícipes de tu buen gusto y sensibilidad. Seguiremos disfrutando de tus poemas. Gracias.
EliminarPues seguiremos en la brecha... Yo soy el agradecido. Otro abrazo.
EliminarPasión y romanticismo conjugados en un solo verbo. Un poema que despierta los sentidos en cada uno de sus versos. Maravilloso, Rafael. Abrazos.
ResponderEliminarEspléndidas glosas de un alma que se conmueve con la poesía. Siempre es muy grato encontrarte, Antonia.
Eliminar"La ciudad de las multitudes sin nombre", ese simple verso encierra en sí mismo una inmensa magnitud de historias... me encantó. Gracias, Rafael.
ResponderEliminarLa capacidad para sugerir esas historias está en la raíz de toda obra literaria. De nada, me alegra que exista esta "conexión".
Eliminar..que bonito poema Rafa, y que bien lo presentas siempre.. Abrazo
ResponderEliminarIntento que el blog sea atractivo para los lectores. Gracias por tu presencia constante.
EliminarGran escrito, Rafael, un texto apasionado y lleno de fuerza, en el que mantienes muy bien el tono hasta el final... Celebro que lo hayas puesto aquí. Un saludo.
ResponderEliminarTus comentarios y opiniones son siempre bienvenidos, Roberto.
EliminarUn maravilloso poema y provisto de una gran emotividad y sensualidad. Gracias por sorprendernos una vez más. Un abrazo.
ResponderEliminarHay mucho en él del poeta y de sus sueños de amor...
EliminarGracias poeta, poeta que aviva las emociones que llevamos dentro, como un grito impetuoso en la búsqueda de ese amor quizás idealista e inexistente. EXCELENTE.
ResponderEliminarEs un placer para mí saber que te ha gustado.
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