"Aquel cuyo nombre está escrito en el agua". Epitafio en la tumba de John Keats.
lunes, 2 de junio de 2014
POETAS ROMÁNTICOS INGLESES: CANTO XI
Cuando contemplo en el cielo
el batallar de la confusa tormenta,
y en las copas de los árboles el azote
del viento, que golpea semejante
a un agitado corazón,
mirando el desorden tempestuoso
que de improviso somete
a la Naturaleza a su albedrío,
deshaciendo la arquitectura del sosegado
mundo y volviéndolo a reconstruir
conforme al designio de una hora.
Cuando presencio en la cumbre
despeñarse torrentes de piedra,
con el fragor de la avalancha
que devora los contornos de algún cuadro
bucólico, atronando la quietud
de los valles dormidos,
obligados por fuerza a enrolarse
en la violenta rebeldía
de los titanes apresados en la tierra,
que quieren de su argolla libertarse.
Cuando al borde del acantilado resbaladizo
escucho el rugido insistente
de las panteras marinas, el grito
de la selva de olas y espumas
que se abre bajo mis pies,
perturbadora visión obsesiva
dueña de las débiles potencias del ánimo,
dédalo verde y gris, destino
frente al que reconozco
de manera completa mi reflejo de náufrago...
En tales momentos lentamente comprendo
que mi soledad sólo encuentra paz
en medio del trastorno, que habiendo abandonado
el Amor a mi vida nada en el orbe
guarda ya el equilibrio, que mis lágrimas
anhelan la destrucción
y que, en ausencia de aquélla
que en su ser infinito me embriagó con su gracia,
el emocionado cultivo de lo hermoso
se torna adicción irremediable
al opio de deseos que nunca se alcanzaron.
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Los románticos solían encontrar el consuelo de sus pesares en la contemplación de las fuerzas desatadas de la Naturaleza. Valga mi poema como recuerdo de aquella exaltada sensibilidad.
ResponderEliminarImpresionante:
ResponderEliminarCuando al borde del acantilado resbaladizo
escucho el rugido insistente
de las panteras marinas, el grito
de la selva de olas y espumas
que se abre bajo mis pies,
Enmudecidas la palabras en leerte, cada verso se ha hecho suspiro. Valga tu poema como exaltación propia de sensibilidad y romanticismo, que aún hoy, seguimos escondiendo nuestra rabia en las tormentas, nuestra soledad en playas desiertas, y nuestra incertidumbre, en los bosques de hayas bajo la niebla.
Un fuerte abrazo Rafael.
Me emocionan todas tus palabras, Antonia, de consumada poeta y escritora. Almas errantes "en bosques de hayas bajo la niebla"... así somos. Otro abrazo igual.
EliminarGran recuerdo y profundas tus palabras a los Anglosajones. Buen escrito. Un saludo.
ResponderEliminarUna estética desgarrada, de "ruptura" con la concepción literaria clásica, y una rebeldía personal que se manifiesta en todos los terrenos. Reconozco que los escritores románticos me encantan. Muchas gracias, José.
EliminarNo hace falta que lo jures, ya se ve. Pero Chateaubriand era un escritor francés, ¿no?, lo digo por la cita que has puesto en facebook.
ResponderEliminarEn efecto. Sin embargo su "invocación" a las tormentas es un texto magnífico y por eso lo mencioné.
EliminarTienes un gran conocimiento literario amigo, y eso se agradece en estos tiempos.
EliminarEres muy amable, Roberto, pero es sólo una buena afición y nada más.
Eliminarme quedo con el final...una desoladora culminacion para todo el poema...
ResponderEliminarMe alegro de que continúes acompañando esta aventura literaria.
Eliminarlo hago siempre con mucho gusto Rafa
EliminarUn abrazo, amiga.
Eliminar¡Fabuloso poema! Me encantan todas las metáforas que utiliza en sus versos. Es hermoso. El poeta en su medio natural: abre su corazón y vierte toda su angustia... Gracias Rafael, un abrazo. "Cuando presencio en la cumbre despeñarse torrentes de piedra, con el fragor de la avalancha que devora los contornos de algún cuadro bucólico(...) Cuando en el borde del acantilado resbaladizo escucho el rugido insistente de las panteras marinas, el grito de la selva de olas y espumas que se abre bajo mis pies(...) En tales momentos lentamente comprendo que mi soledad sólo encuentra paz en medio del trastorno(...)".
ResponderEliminarAnte la visión de los elementos desatados el escritor romántico halla un testimonio de la libertad que a él le falta. Me alegro de que te haya gustado. Un abrazo.
Eliminar¡CUANTO SENTIMIENTO RAFAEL!
ResponderEliminarSentimiento que sacude sus yugos y ansía manifestarse... Eso es la poesía romántica, Adriana.
Eliminar¡¡QUE MARAVILLA PODER EXPRESARLO CON TANTA BELLEZA!!
EliminarGracias, amiga mía. A tal vocación me aplico y vuelco lo mejor de mí.
EliminarGran poema, creo que lo voy a imprimir para leerlo más veces, con una no es suficiente...
ResponderEliminarTe agradezco ese detalle de "buen lector" y por supuesto tu opinión sobre mi escrito.
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