Este desierto de copiosa arena,
esta difícil de subir montaña,
esta paciente cuanto lenta araña
que trama desazón y teje pena;
este mar sin riberas, esta cena
donde apenas se come y se rebaña,
esta sombra mortal, en que se baña
la débil luz de agonizante vena.
Estos ásperos riscos, pedregales
hirientes de dureza, esta quimera
cayendo en sucesivos pedestales;
esta despedazada primavera
en la que crecen ponzoñosos males.
Esto es quererte y padecer tu espera.
"Banquete" del que espera: comer recuerdos y beber ansias...
ResponderEliminar"esta cena donde apenas se come y se rebaña"... quevediano total. Me gusta mucho.
ResponderEliminarMi querido Roberto, la sombra de Don Francisco de Quevedo es muy alargada...
EliminarUn saludo cordial.
"Esto es quererte y padecer tu espera"... con este me quedo!!! Gracias Rafael.
ResponderEliminarEl punto final... que entronca con el principio.
EliminarMUY CIERTO!!! DEMASIADO CIERTO RAFAEL!!!
EliminarHay misterios cuya razón de ser se nos escapa, pero que están ahí. Principio o final: un eterno retorno.
EliminarGran soneto, amigo Rafael, de un poeta grande. Me ha impresionado, y el lenguaje magnífico y actual.
ResponderEliminarMe alegro mucho de que te haya causado esa impresión. Cuantiosas gracias, amigo.
EliminarUn soneto de manufactura impecable. Gracias, poeta. El tema de la espera me inquieta siempre y me gusta como lo tratas.
EliminarUn abrazo
Jeniffer Moore
Trabajar el "soneto" es amarlo. Sólo la perseverancia en la estrofa hace que su flor se nos entregue rendida... En cuanto al tema de la espera, o de la "ausencia", tiene honda raigambre en la poesía amorosa española y yo no he hecho en esto (como otras muchas veces) más que dejar testimonio de mi homenaje.
EliminarUn abrazo, querida amiga y poeta.
Rafael Simarro acabo de leer tu soneto el titulo ,LA ESPERA, es una palabra sencilla, pero ver esa imagen del desierto ya no es tan sencillo, es inquietante, pero versos hermosos esa sombra que es donde se refugian las arañas para el banquete, es mejor que me quede con tu espera gracias por tan lindas palabras que conlleva los versos,saludos grande amigo.
ResponderEliminarSe me olvidó poner que soy Guadalupe lo que he escrito ahí, y sepa quien soy.
ResponderEliminarSaludos para ti también y gracias por visitarme de nuevo.
EliminarBuen soneto.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Muy agradecido, amigo José. Te doy la bienvenida al blog.
EliminarExcelente, Rafael...
ResponderEliminarCelebro de veras que te guste.
Eliminarmuy lindo!
ResponderEliminarSiempre al lado de la belleza, Celeste.
Eliminar..impresionante Rafa, un soneto modélico...
ResponderEliminarEres muy amable y te agradezco mucho tu fidelidad a mi página.
EliminarNo sé por qué pero este es uno de los poemas tuyos que más me han gustado... Está muy bien hecho Rafa...
ResponderEliminarEl soneto es una estrofa muy exigente, siempre le pide más al poeta. Y yo no sé decirle que no... Me alegro de que te haya gustado.
EliminarPrecioso. Dicen que quien espera desespera... Pero, ¿estamos seguros de lo que esperamos?
ResponderEliminarEl poeta está absolutamente seguro, puedes apostar a que sí...
EliminarDe forma magistral se desliza la espera por tus versos... bello soneto Rafael.
ResponderEliminarMuchas gracias, Magda. Toda espera se hace más liviana al compartirla con los buenos amigos. Un placer verte aquí.
EliminarMe ha encantado!!! Los versos tienen mucha fuerza y la descripción bellísima, se percibe de principio a fin... "Esto es quererte y padecer tu epera".
ResponderEliminarTe doy la bienvenida a mi página. Me alegra mucho saber que te ha gustado.
Eliminarqué bello, como todos!!
ResponderEliminarGracias, Adriana, pero la belleza, más que en el objeto, está en los ojos del que lo mira...
EliminarMe gustan sus sonetos.
ResponderEliminarGracias por dejar tu comentario. Es un placer darte la bienvenida a mi blog.
Eliminar