lunes, 2 de septiembre de 2024


 

La Guerra del Peloponeso.
Atenas intervino a favor de Corcira (la actual Corfú) en la lucha que ésta sostenía con la ciudad de Corinto (435 a. C.). En 432, Potidea a su vez pidió ayuda a Corinto para librarse de la alianza ateniense. Al mismo tiempo, Megara entró de nuevo en conflicto con Atenas a causa de un decreto de Pericles que prohibía a los barcos megarenses acceder a los puertos bajo control ateniense. Esparta entonces, como cabeza de la Liga del Peloponeso, declaró que la paz acordada en 446-445 había sido rota y, para evitar una conflagración general, exigió entre otras condiciones el destierro de Pericles, sobre quien seguía pesando la antigua maldición de los Alcmeónidas. Pericles, desde luego, no aceptó. Y Tebas, aliada de Esparta, aprovechó la oportunidad para atacar de forma inesperada a la ciudad de Platea, dependiente de Atenas (abril de 431). Así comenzó la Guerra del Peloponeso, en la que se vio envuelta casi toda Grecia al tomar partido por Esparta o por Atenas, y que duró hasta el año 404.
En la contienda pueden distinguirse varias fases:
1ª) Los primeros diez años (431-421), llamados también "guerra Arquidámica". Atenas planteó la lucha partiendo de su superioridad naval, aunque tuvo que sufrir varios asedios enemigos en su territorio. En este periodo, los atenienses vencieron a los espartanos en el islote de Esfacteria (425), pero los segundos se desquitaron con su victoria en Anfípolis (422). Atenas se vio azotada por una terrible epidemia de peste y Esparta por una insurrección de los ilotas. Ambas partes necesitaban acordar una tregua, que se firmó en el año 421.
2ª) La expedición de los atenienses contra la ciudad de Siracusa, en Sicilia (415-413), que constituyó un estrepitoso fracaso. Atenas perdió en la empresa 18.000 hombres y más de 100 trirremes, y aparte de eso provocó a Esparta, puesto que los siracusanos eran aliados suyos.
3ª) La fase de las grandes traiciones (413-407), en la que el ateniense Alcibíades, culpado por sus compatriotas del desastre de Siracusa, para eludir el castigo se pasó al bando de Esparta y aconsejó la conquista de la ciudad ática de Decelia, reanudándose así las hostilidades, aunque posteriormente tuvo que huir del Peloponeso acusado de adulterio. Por su parte, los espartanos llamaron en su ayuda a los persas para poder batir de una vez a los atenienses. Alcibíades se rehabilitó volviendo a Atenas y logrando algunas victorias navales, antes de verse obligado al exilio definitivo por su sospechosa conducta en la derrota ateniense de Notio.
4ª) La fase decisiva (407-404), en la que los espartanos comprenden que Atenas sólo por mar puede ser batida y arman por primera vez una poderosa flota de guerra. El combate de las islas Arginusas (406) fue favorable a los atenienses. Pero en Egospótamos (405) la flota de Atenas resultó completamente destruida por la espartana de Lisandro. Los atenienses ya no pudieron continuar resistiendo y tuvieron que aceptar las condiciones impuestas por sus enemigos.
El imperio de Atenas quedó deshecho. Ello fue debido principalmente a la incapacidad y rivalidades de los jefes políticos que se sucedieron tras la muerte de Pericles (429), al derroche de recursos en la expedición de Sicilia, que acabó en desastre, a las luchas internas entre demócratas y conservadores, y a la alianza "contra natura" entre Persia y Esparta.
Al finalizar la larga guerra, Esparta consiguió la hegemonía sobre Grecia. Pero no le fue fácil alcanzar esa posición dominante. A principios del siglo V a. C. había sufrido considerablemente a causa del conflicto entre reyes y éforos. En 464 además se produjo un devastador terremoto que casi redujo la ciudad a ruinas. Los pueblos sometidos en el Peloponeso aprovecharon la ocasión para rebelarse, la ciudad estuvo a punto del colapso y sólo la energía del rey Arquídamo pudo salvarla para seguir siendo protagonista de la historia griega.
Fuentes: "Historia de Grecia" (Hermann Bengtson).
Imagen: "Hoplitas" griegos en combate, pintura de una vasija antigua.

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