"Aquel cuyo nombre está escrito en el agua". Epitafio en la tumba de John Keats.
viernes, 21 de abril de 2017
SONETO DE LAS GANAS DE TI
Me muero de nostalgia de tus besos,
que mal tu ausencia desterró placeres;
estoy en este cuarto sin enseres
yermo, doliente, triste, entre diviesos.
Mi corazón añora los excesos
de tu pasión ingente... No hay saberes,
salvo sentir que tú también te mueres
lejos del roce de mis labios presos.
Tu nombre escrito en amarilla arena
proclama mudo mi desierto ardiente:
piel imborrable, se repite y dura.
Por tanto anhelo me emborracho en pena,
y ya me encuentro lleno solamente
del amargo licor que el alma apura.
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Soledad y deseo... ¿no es ésta muchas veces la materia de que está hecha la vida?
ResponderEliminarEstremece, haciendo sentir esa soledad, que mi nieta llama 'Soledad no iluminadora'.
ResponderEliminarTiene nueve años, pero me sorprende.
Hay una "soledad creativa" que desde luego no tiene nada que ver con la del poema. Una gran intuición la de tu nieta. Saludos, amigo.
EliminarHermosas letras inspiran la musa que despierte del sueño de la melancolia y le regale al ocaso una luz de alegria
EliminarOjalá esa musa que dices no vuelva a estar triste nunca más... No se lo merece.
EliminarBueno, al menos mi vida está hecha de soledad y deseo, me ha impresionado mucho este bello soneto.
ResponderEliminarMe alegra mucho tu presencia en el blog. Gracias por tus palabras, Adriana.
EliminarSoledad y deseo en tus letras, también un dejo de tristeza. Excelente escrito.
ResponderEliminarMuchas gracias, amiga.
EliminarMe encanta!!!
ResponderEliminarGracias.
EliminarBien por este soneto.
ResponderEliminarPues me alegro de que te guste.
EliminarGracias por compartirlo. Ciertamente es un reto y un desafío a la vez. Nuevamente gracias.
ResponderEliminarDe nada, es un placer.
EliminarExcelente!!
ResponderEliminarGracias y bienvenida a mi blog.
EliminarEl ámbito de la poesía no tiene límites, no hay reto alguno... cuando se escribe con el corazón. Saludos hasta la bella España y gracias por compartir.
ResponderEliminarGracias a ti por tu comentario.
EliminarGrata lectura tu genial Soneto, Rafael..beso
ResponderEliminarMe alegra mucho reencontrarte en mi página. Gracias por tus palabras. Un beso.
EliminarGracias Rafael Simarro por tan lindo soneto,.Dentro de la nostalgia hay mucha felicidad es a veces y siempre como materia de la vida. Saludos.
ResponderEliminarLa mayor parte de la poesía está construida con ese material. Un saludo, amiga.
EliminarBellísimo.
ResponderEliminarMuchas gracias.
EliminarGracias poeta, una preciosidad.
ResponderEliminarCelebro esa opinión. Gracias a ti por dejar tus palabras.
EliminarQué hermoso!!
ResponderEliminarTe agradezco el comentario.
EliminarQué lindo poema, amigo. Un abrazo desde Argentina.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, abrazo compartido.
Eliminar..pero que soneto mas hermoso, tiene tu marca
ResponderEliminarGracias por tu antigua lealtad a mis escritos, Julia.
Eliminarme gusta mucho leerte ya lo sabes
EliminarY siempre eres bien recibida aquí.
EliminarGracias Rafael!! Un abrazo.
ResponderEliminarComo siempre un placer llegar hasta Venezuela. Un abrazo.
EliminarGran soneto...
ResponderEliminarcon cambios de ritmo en todos los versos...
ResponderEliminarSe nota que entiendes de métrica. Gracias por tus palabras.
EliminarGracias por compartir tus bellos escritos.
ResponderEliminarDe nada, siempre es poco todo lo que se haga por la poesía.
EliminarBellos versos!! Un placer leerte!!
ResponderEliminarMuchas gracias por esas palabras.
EliminarRafael, es verdad!! Cuanta melancolía y deseo desprenden tus versos, esa soledad que desgarra por dentro cuando nos quedamos solos por ese triste desamor... Gracias por tu foto también, que es muy apropiada para tu poema.
ResponderEliminarMuy certero tu comentario, que te agradezco profundamente. Un saludo cordial.
EliminarLa imagen sugiere desamparo y derrota. Por mucho que se quiera a alguien no me parece que haya que llegar a tal extremo de postración.
ResponderEliminarSeguramente tienes razón, Roberto. Pero una cosa es la razón y otra los sentimientos...
EliminarPlatón, en uno de sus diálogos, compara el alma humana con un carro tirado por veloces caballos (los sentimientos) a los que el conductor (el raciocinio) sujeta y dirige con fuerte brazo. Me parece una comparación muy acertada.
EliminarA mi también, amigo. No voy a llevarle la contraria a Platón... jejeje. Sólo digo que los conductores no son todos igual de diestros, ni los corceles igual de dóciles.
EliminarUn precioso soneto Rafael, rebosante de delicada pasión y romanticismo. Siempre es un gran placer leerte.
ResponderEliminarTambién es grato para mí recibir comentarios como el tuyo. Gracias por tus palabras.
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