lunes, 17 de junio de 2024


La hegemonía de Atenas (I).
Tras la retirada de los persas, los atenienses, aliados con los jonios y con los habitantes de las islas del Egeo, embarcaron con dirección al Helesponto para comenzar el asedio de la ciudad de Sestos. En 478 a. C., los espartanos enviaron a Pausanias a apoderarse de Bizancio, pero este general (vencedor en Platea), seducido por el lujo y el esplendor de los persas, olvidó su fidelidad a Grecia. Los aliados confiaron entonces el mando a los jefes atenienses y Atenas fundó la Liga de Delos (477), una confederación que se mantuvo durante más de 20 años como alianza defensiva. Sin embargo, el poder de los atenienses sobre sus asociados se hizo poco a poco despótico: los primeros se apropiaron de los fondos puestos en común, las ciudades que intentaron retirarse de la Liga fueron obligadas a permanecer en ella y en 440 solamente Samos, Quíos y Lesbos mantenían su libertad e independencia.
En la época de la última invasión persa (480), el gobierno de Atenas se concentró en el aristocrático Areópago, pero el espíritu democrático, que había aumentado en la ciudad desde los tiempos de Clístenes y que recibió gran estímulo por los éxitos de 490 y 480, encontró su expresión en las figuras de Temístocles y de Efialtes. Temístocles, que, a pesar de sus grandes servicios tanto en Salamina como en la reconstrucción de las murallas de Atenas y de la fortificación del Pireo, era aborrecido por las familias nobles, fue condenado al ostracismo (471) y posteriormente acusado de ser partidario de los persas, lo que le obligó a pedir la protección del propio rey de sus antiguos enemigos (464). Por su parte, Efialtes había iniciado una dura campaña política para reducir los poderes del Areópago, pero al poco tiempo pereció a manos de un sicario (461).
A la muerte de Efialtes, su compañero Pericles, un miembro de la familia de los Alcmeónidas, fue puesto al frente del partido democrático. El jefe del partido aristocrático era Cimón, hijo de Milcíades, el héroe de Maratón, pero cayó en desgracia y fue condenado al ostracismo por haber persuadido al pueblo a que enviase ayuda militar a Esparta contra la sublevación de los esclavos mesénicos, una ayuda que fue enérgicamente rechazada por los espartanos. Desde ese momento las dos ciudades-estado más importantes de Grecia iniciaron una rivalidad que engendraría en el futuro cruentas luchas.
Fuentes: "Historia de Grecia" (Hermann Bengtson).
Imágenes: Busto de Temístocles.