"Aquel cuyo nombre está escrito en el agua". Epitafio en la tumba de John Keats.
domingo, 21 de octubre de 2018
ALBA AZUL
Manto apenas descorrido
allá en el horizonte, que se adivina
como la materia de un sueño.
Turquesa pálido y tembloroso
para las pupilas,
soplo murmurando en la cara
con el sabor a conchas y a sal.
Vaivén eterno de las olas
y su resaca, lamiendo
mis pasos en una balada
de desasosiego, de melancolía.
Está vacío el mundo
en la hora indecisa:
ni una vela se ve,
ni una gaviota se escucha,
nada... salvo la respiración
quejumbrosa del mar.
Si yo abriera mi boca
hablaría el idioma inicial
de los seres humanos,
ése no contaminado
con las imprecaciones y las órdenes.
Si yo abriera mi corazón
todas las cosas,
absolutamente todas,
volverían a nacer.
Pero no lo haré. Mejor lo guardo
para el poema,
no sea que descubierto el Paraíso
se presenten los bárbaros
y lo dejen en ruinas como siempre.
viernes, 5 de octubre de 2018
JARDÍN BOTÁNICO EN GIJÓN
Oasis que, a resguardo de las olas,
henchida fronda de esmeraldas eres
y a ti mismo te bastas, porque quieres
latir en un enjambre de corolas,
cuando la luz con sus doradas golas
vista los trigos de la ilustre Ceres
habla a mi corazón, o si prefieres
píntame un cuadro que contemple a solas.
En tu serenidad nunca estás triste.
Andando por tu íntima espesura,
tu savia oculta a mi inquietud asiste.
Dentro de ti se olvida la locura
y se aprende, en silencio, que no existe
Arte mejor que el que firmó Natura.
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