"Aquel cuyo nombre está escrito en el agua". Epitafio en la tumba de John Keats.
jueves, 24 de noviembre de 2016
LA HEREDAD
Igual que el esquilón
su palabra de bronce
difunde en el añil de la mañana,
desvaneciendo luego
la onda del tañido
a los pies de las casas silenciosas.
Semejante al ocaso, que acuarelas
dibuja entre las nubes
desvaídas, con pluma
de su encendido soplo inexplicable,
justo un momento antes
de que caigan las alas de la noche.
Como el hilo delgado del arroyo
entre peñas naciente
que, obedeciendo siempre a su destino,
abre el cauce anheloso
y engrosa las arterias de los ríos
para buscar la muerte
en el seno profundo
del dilatado mar.
Como el distante vuelo de las águilas,
escritura del cielo,
se abate hasta la tierra
obligado del hambre que, imperiosa,
hace valer su ley
sobre todo lo vivo.
Igual que las espigas
el pujante esplendor
entregan a las hoces del estío,
para después, en pajas,
su topacio quebrado
esparcir bajo el sol de la meseta.
Así persigue el surco de mi vida
la esperanza en sazón,
la heredad de las rimas,
mientras el tiempo, leñador protervo,
amontona mis troncos para el fuego.
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No hay títulos de propiedad bastantes en el mundo comparables al patrimonio de la libertad de espíritu.
ResponderEliminarCuanto más hinchada de grano está la espiga con más humildad baja la cabeza. Es una metáfora del humano vivir.
ResponderEliminarPues sí, amigo, así es.
EliminarArte y sabiduria en tu gran poema, Rafael..
ResponderEliminarY un placer añadido recibir tus palabras. Muchas gracias, Eva.
EliminarQUE TALENTO, MI AMIGO, ADEMÁS ME HIZO IR AL DICCIONARIO!!
ResponderEliminarGracias, Adriana. Espero que no hayas ido muchas veces... jajajaja.
EliminarUn poema sabio. Es hermoso leer. Gracias mi amigo.
ResponderEliminarDe nada, es un placer.
EliminarFelicitaciones Rafael por tu gran poema, es un placer siempre leerte. Gracias
ResponderEliminarGracias a ti por la acogida que le das.
EliminarPoeta, llegar a casa después de un día duro y bañarse en tu poema ha sido todo un placer. Una esperanza en sazón. Gracias, un abrazo.
ResponderEliminarNos ganamos esa esperanza día a día o somos ganados por ella. Al final eso es lo que queda. Gracias a ti.
EliminarHermoso escrito!
ResponderEliminarMe alegro de que te guste.
EliminarRealmente emocionante, para leer en silencio a la luz de la tarde, cuando todo se serena.
ResponderEliminarSí, amigo, en los momentos de tranquilidad es cuando mejor se saborean los poemas.
EliminarTus letras, cada uno de tus versos son la música misma de la auténtica poesía. Gracias, poeta, por compartirlo y un cordial saludo.
ResponderEliminarTambién en tus palabras hay música. Y te quedo muy agradecido por ellas.
Eliminarpero que hermoso escribes siempre, merece la pena tu vuelta Rafael
ResponderEliminarLa había descuidado, es verdad, pero esta página representa a mi alma.
Eliminarpues entonces espero que no la dejes
EliminarLo procuraré, Julia, gracias por tu fidelidad.
EliminarBienvenido, amigo y colega, a este hermoso espacio literario.
ResponderEliminarMuchas gracias.
EliminarGracias por tu aporte, Rafael. Un abrazo.
ResponderEliminarEs un placer, amiga.
EliminarIntenso, hermoso y lleno de imágenes. Gracias, Rafael. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, otro abrazo para ti.
EliminarMe encantó.
ResponderEliminarEso me alegra, amigo.
EliminarEl final es muy bueno, aunque tuve que mirar lo de protervo.
ResponderEliminarTienes razón, lo dejaré escrito aquí para aclaración de otros lectores. "Protervo", del latín "protervus", significa "perverso, obsesionado con el mal".
EliminarGracias por la atención.
EliminarDe nada, gracias a ti por tus entradas a esta página.
EliminarIncansable leñador... bello poema, Rafael.
ResponderEliminarQué difícil escapar de la sensación de que a un momento de plenitud le sucede irremediablemente la decadencia. Gracias siempre, Magda.
EliminarLa heredad de las rimas vive en ti, Rafael... Aún en el letargo el pulsar de los versos se hace palpable.. No puede el árbol deshacerse de su savia mientras aún le quede una sola raiz que le afeere a la tierr, como no puede el poeta deshacerse de rimas y versos en su sentir, aunque los guarde en una esquina de los sueños ... Esperan siempre abrir las alas y volar.
ResponderEliminarPrecioso poema.Prueba palpable de esa heredad.
Un placer leerte, como siempre.
Es cierto, Antonia, no podemos renunciar a lo que somos. Gracias por tus palabras.
EliminarNo me cansaría nunca de leerte Rafael, tus libros están desgastados, de ir de mano en mano.
ResponderEliminarGracias, eres muy amable, me alegra que sea así.
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