"Aquel cuyo nombre está escrito en el agua". Epitafio en la tumba de John Keats.
lunes, 21 de abril de 2014
EL PELIGRO
Mujer que de hermosura emites llamas,
fuego ceñido que mi ser calienta
e inunda en claridad, o lo alimenta
con roja savia de candentes ramas:
el final del invierno, que proclamas,
sobre mi piel y mi escritura alienta,
borrando la penosa impedimenta
de sus crudas y estériles retamas.
Acerco a ti mis brazos, confiando
que en el calor de tu divina brasa
no ha de morirse lo que está incubando.
Mas, ¡ay de mí!, que entonces ya sin tasa
tu hoguera se propaga, calcinando,
y en tu furor a mi imprudencia abrasa.
lunes, 7 de abril de 2014
POETAS ROMÁNTICOS INGLESES: CANTO X
¿Dónde están los regalos de los días felices?
No pienses en ellos, pues tú ya tienes
tu cuantiosa riqueza. Sí, mientras la noche
desciende su telón en tu lecho
y evocas un sendero entre sembrados,
los campos de tu infancia, con el mantel
dorado dispuesto para las bendiciones
y la brisa voluble haciendo inclinar
el turbante de la verde cardencha,
o la voz oculta a la que confesabas
esa creciente magia de tu espíritu puro.
Por lo tanto no exprimas las amargas
raíces del abatimiento, que se aferran
a tus pies como grilletes sombríos,
no bebas el acíbar de un llanto
de álamos negros ni dejes
que te acompañe la zarza ponzoñosa
desde la que la angustia
tenazmente mantiene vigilante
la guardia de las puertas de tu alma.
Porque el estambre de tu pena cada orto
encontrará humedad con que limpiar su costra,
o un arco iris sobre las olas infatigables
de la amistad sin condiciones, o el arpegio
abundante de la más leal sonrisa,
o incluso cuando enojado contemples
el semblante del difícil dolor
habrá cerca una mano que apretará la tuya
y unos profundos ojos
que reciben la vida y la dan al mirarte.
Entonces vive ahora con la Belleza,
que sea tu religión, tu refugio, tu sangre,
muerde su uva morada hasta hacerla estallar,
conviértete en novicia
de esa sagrada Orden del deleite,
camina por encima de las nieblas del mundo,
aprende que la sabiduría del corazón
es una forma de serenidad
y recoge, segura, el anillo que el poeta
en estrofas quemantes sin pausa te concede.
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