"Aquel cuyo nombre está escrito en el agua". Epitafio en la tumba de John Keats.
martes, 25 de junio de 2013
POETAS ROMÁNTICOS INGLESES: CANTO VI
La emoción, con latidos de bronce,
resonaba en las cavidades
de su alma cada vez
que se ponía a componer para Ella,
para la esbelta Musa
de largos cabellos sombríos,
para la ondina de la noche
que continuamente nadaba
en sus pensamientos.
La pintaba con palabras;
la dibujaba en la solitaria
atmósfera del cuarto; la esculpía
entre la materia huidiza
de los sueños.
Una isla de oro en la negrura:
eso era su farol.
"Cariño mío -le hablaba,
si acaso te alejas
por el horizonte de mi mar,
como barco que boga hacia Poniente,
¿recordarás las horas
compartidas en el secreto oasis
que pisamos,
las manos hechas redes, las caricias,
el mojado lucero de los ojos,
el aliento en su cálida marea,
mis brazos coronándote,
el rizo de las bocas
selladas con recíproca ternura...?
¿O, en cambio,
volverás al desnaturalizado país
que convirtió en fregona
a la Poesía,
y purga por ello su delito
quedándose ciego y sordo
ante la hermosura del mundo,
sin comprender jamás
el designio divino de otorgarles
un sentimiento eterno a los que aman?".
viernes, 14 de junio de 2013
AL CRISTO DE LOS FAROLES
Por tu renombre te busqué. Mi anhelo
era más el prurito del artista.
En tu plazuela al detener la vista
te hallé en el cáliz de la cal y el cielo.
A vísperas tocaban... Alto velo
de noche cordobesa, quimerista,
empezaba a caer. Con su amatista
el cerrado fanal sembraba el suelo.
De pronto me sentí como desnudo.
Una interior alondra balbucía
contemplándote en piedra, recoleto.
Mi alma se libraba de su nudo.
Y, española y cristiana, respondía
al incitarle tu suplicio quieto.
(De "Justa medida").
miércoles, 5 de junio de 2013
RUINAS ROMANAS DE CÓRDOBA
Acanto en mármol. Capitel. Columnas
que yerguen pie sereno.
Dedos de musgo. En el losar, las letras
de la imprenta del tiempo.
Dulce oquedad tornó a llenar la lluvia.
Bañándose, jilgueros.
Un bucle de neblina descompone,
espectral, su albo yelmo.
Respiración. Con tal asombro, silbo.
Late en flor el misterio.
Miro el libro de mano... "Hija de Roma,
fundó Claudio Marcelo".
Emotiva calzada. Itinerario
o pedestal de templo.
Entre los fustes, detenido río.
Decrepitud. Silencio.
Reconcentrada placidez. La pulpa
de la ciudad: sus restos.
Para el afán de lucro, casi nada.
Para la lira, viento.
Mosaico roto. Dibujo que sugiere
la cabeza de un perro.
Desvaído color. Teselas. Luces.
Mito así prisionero.
Pero es mi filiación la que reescribe.
Quien salmodia, mi verso.
Pero es mi humana sombra la que cubre.
Pero es mi ser. Mi centro.
Irremediablemente malherido,
o en lágrimas suspenso,
otra vez la belleza me cercena
al tacto de su fuego.
Y de nuevo se escapa, mar arriba,
hacia el satén del cielo.
Mientras yo hablo con la dura lengua
del torpe mensajero.
(De "Cuando nada importe").
Suscribirse a:
Entradas (Atom)